Rafael Leopoldo Aguilera
Autor de 'El espíritu indaliano'
Rafael Leopoldo Aguilera, director del Instituto de Estudios Almerienses, acaba de sacar a la luz su libro 'El espíritu indaliano'. El mismo autor se hace esta autoentrevista sobre la figura de Jesús de Perceval, fundador del Movimiento Indaliano.
¿Piensa
que está valorado el trabajo de Jesús de Perceval en su provincia? No.
Jesús de Perceval fue un genio, un hombre cuya inteligencia cubierta de
sabiduría y sapiencia implementada en sus obras pictóricas y escultóricas y en
sus intervenciones literarias, deberían haber tenido y tener una mayor
proyección divulgativa y académica. Pero estamos a tiempo, que en este año, con
motivo del centenario de su nacimiento, junto con el de Celia Viñas, las
entidades públicas y privadas se vuelquen en poner en valor añadido a ambos
personajes públicos cruciales para entender nuestra milenaria Almería.
¿Qué
quiere resaltar con este homenaje? He
querido de forma humilde, contribuir a alimentar los sentires de los
almerienses por tan preclaro hijo de Almería, a la que Almería, Andalucía y
España le debe mucho, y poder seguir ampliando el hecho cultural entorno a
Jesús de Perceval como la persona más importante del siglo XX en Almería con la
puesta en marcha del Grupo y del Movimiento Indaliano.
¿Qué
le ha llevado a desarrollar esta obra? Pues
que Jesús de Perceval es el claro signo de nuestra identidad almeriense; él y
todos y todas cuantos integraron el Movimiento Indaliano, y que hoy, al día de
la fecha, tenemos representantes distinguidos que aportaron su prestancia,
saber y entender a esta provincia almeriense iluminada por el caliente y
colorido Sol de Villalán-Portocarrero y las fragancias de sus áridos campos y
del azul mar mediterráneo representado por el Indalo.
¿Con
qué Perceval se queda, el pintor, el escultor o el ‘agitador’ cultural? A
Jesús de Perceval hay que analizarlo, describirlo y valorarlo en su todo, todo
en él era arte, duende, embrujo, sentimiento y sensibilidad. Aunque desde una
perspectiva pictórica, siempre estará en mi pensamiento dos cuadros, "La
degollación de los inocentes" y "La huída de Málaga", y "La
bellísima y Fuente de los Peces", supuesto "el Señor de
Almería", el catedralicio Santísimo de la Escucha de la madrugá almeriense,
amorosamente realizado por la gubia divina de sus manos, junto a la otra efigie
que lleva el nombre más evangélico, el Santísimo Cristo del Amor del Martes
Santo. Por supuesto, él y quienes pusieron su estadio cognoscitivo
al servicio de los intereses generales y sociales de Almería, fueron en
su conjunto, la pasión cultural más vertebradora en el pensamiento almeriense.
¿Considera
necesario un Movimiento Indaliano en esta época? Sí,
claro que sí, Almería necesita una Real Academia.
¿Qué
se va a encontrar el lector en su obra? Algunas
pinceladas con gran sentimiento de respeto y consideración a Jesús de Perceval
y con una halo de nostalgia y romanticismo en torno a su figura y todo lo que
pudo ser Almería y no fue, y que gracias a Él y a personas con sus mismos
ideales de gran calado humanitario y arrimando el hombro con pasión en momentos
de mucha complejidad, llevaron y llevan el nombre de Almería con mayúscula.