Juan
Torrijos
Periodista
Durante
la pasada Semana Santa nos enteramos del viacrucis que está viviendo el actual
alcalde de Adra, Enrique Hernando. Tuvo que ser muy duro para el señor Hernando
reconocer en público que doña Carmen Crespo está en contra de su persona como
candidato a la alcaldía de Adra el próximo mayo. Y tuvo que ser muy duro, pues
era consciente el hombre de que dando a conocer a la opinión pública la
división existente en el PP de Adra y su enfrentamiento con la señora Crespo,
se estaba jugando su futuro político.
Enrique Hernando |
Muy seguro
debía estar don Enrique de que no tenía salida su candidatura cuando tira por la
calle de en medio y enseña las garras a la dirección provincial y a Gabriel
Amat. Los trapos sucios de los partidos los sacamos los medios, casi siempre
contados por algún filtrador que espera salir beneficiado. Cuando el filtrador da
la cara, no se esconde, como es el caso del alcalde del Adra, la decisión de
que no vaya de candidato debe estar tomada por la dirección provincial y Hernando
con sus declaraciones lo único que quiere es hacerle un siete a Carmen Crespo en
su prestigio político.
No
deja de ser sintomático que a las diatribas de Enrique no haya contestado la
señora Crespo y tampoco ningún dirigente del partido. No les habrá sentado bien
las declaraciones del señor Hernando, siempre pueden costar votos y más en la
situación que está viviendo en estos momentos el Partido Popular, pero da la impresión
de que en el PP han dado por amortizado el problema y al problemático.
El riesgo
para Carmen Crespo es que su apuesta no gane la alcaldía. Si ello es así tendrá
que pasar por el confesionario y explicar algunas cosas. La primera por qué su
empeño en que no vaya de candidato Enrique. Sería mucho mejor para ella que lo
contara antes, un parche a tiempo evita la herida. Que se mire en el espejo de Arenas
y Cospedal con el candidato en Andalucía.
Le puede
pasar lo mismo y que las cañas se le tornen lanzas en el PP. La alcaldía de
Adra, tras los empecinamientos políticos de doña Carmen, la gana o la pierde
ella. El veinticuatro de mayo le tocará sufrir hasta el último segundo. ¿Hay
que dar por muerto políticamente a Enrique Hernando? En política nunca se está
muerto del todo. Hemos visto como se han levantado “cadáveres” que creíamos
bien enterrados.