Antonio
López Romero
Periodista
/ elalmeria.es
El domingo
de Ramos La Sexta
emitió un programa titulado El Precio de
los Alimentos, en el que el famoso chef Alberto Chicote se desplazaba hasta
El Ejido para conocer los motivos por los que el precio del tomate almeriense
estaba bajando estrepitosamente. Su única fuente informativa fue un agricultor,
Juan Cabeo, que justificaba esta situación límite, en la que se estaban tirando
entre dos y tres millones de kilos al mes, a la gran competencia que por
sorpresa están realizado los nuevos invernaderos de Rumanía.
Se
lamentaba Chicote, experto periodista en temas agrícolas donde los haya,
diciendo que es de traca que se tiren 1,8 millones de kilos en un mes (ya iba
bajando la cifra oficialísima) mientras hay tanta gente en este país pasando
hambre. No parece que el ilustre visitante de estas tierras de bárbaros diese
alguna fórmula para hacer que un producto antieconómico para comercializar, que
cuesta llevarlo hasta el vertedero, pudiese llegar a manos de los más
necesitados.
Para
enseñar a los agricultores almerienses el camino a seguir, Chicote se desplazó
hasta un invernadero de Holanda, una tierra mucho más verde que Almería. Destacó
como uno de sus principales atributos, donde los productores, dotados de una
inteligencia superior, producen tomates a la carta y no tiran nada porque allí
todo está planificado.
Como
si se tratase de una película de ciencia ficción, Chicote iba pasando por las
matas del invernadero holandés, al que hay que entrar como entraba el Doctor
Ganon al quirófano. Por aquí los tomates que consumen los franceses. Allá, al
fondo, los famosos tomates para los rusos, marca Crimea Nederlanden. Más allá,
los de sabor flemático para el Reino Unido.
Hasta
aquí el reality que se marcó el amigo Chicote, que hizo uno de los mejores
publirreportajes sobre la horticultura holandesa que recuerdo. Agobiado
por la contrastada y elaborada información del reporter Chicote busqué en
internet datos sobre el futuro apocalíptico de Almería con el pensamiento de
"doctor, cuánto tiempo me queda...".
Los
que saben de esto, que no es el caso de Chicote, es decir, la prensa
especializada que cita fuentes de las organizaciones profesionales del sector,
no ocultan una campaña complicada para los precios de este producto, debido a
la competencia del tomate marroquí y a al veto a las exportaciones europeas a
Rusia, unida a la crisis financiera de este país. A ello se une una falta de
actualización de los precios de retirada de estos productos, mecanismo previsto
en la normativa comunitaria, pero de difícil aplicación en la horticultura
almeriense, como se ha demostrado una vez más.
Del
resfriado a la muerte va un largo trecho, Chicote. Otra vez que quieras hacer
un reportaje más elaborado (el periodismo es una carrera universitaria) de la
horticultura almeriense y quieras ver tomates, vete a la Cooperativa Agrícola
San Isidro, en la vega de Almería. Se trata de la mayor comercializadora
mundial de tomate fresco.
Si
los agricultores holandeses producen unos tomates tan excelentes, ¿cómo es
posible que los consumidores de aquel país compren tomates de Almería? La
ignorancia es atrevida. Como dices de muchos establecimientos que visitas,
"vaya mierda de reportaje que has hecho, Chicote". Lo tuyo son los
fogones, no los guiones televisivos ni la documentación.
Y gratitud eterna a La
Sexta. Me gustaría saber si alguna televisión holandesa ha
realizado un reportaje similar, dejando a su agricultura a la altura del betún
y promocionando los productos de la competencia. Parece que en España solo nos
quedamos tranquilos si somos capaces de mantener una flagelación permanente
sobre nuestras espaldas. No somos más tontos porque no nos entrenamos.
Si quieres ver el programa de Chicote sobre los tomates pincha en este enlace:
Si quieres ver el programa de Chicote sobre los tomates pincha en este enlace: