José Aguilar
Periodista / Diario de Almería
La sesión constituyente del Parlamento de Andalucía -décima legislatura- permitió
comprobar que Podemos no le ha quitado a IU sólo los votos y la exclusiva de la
revolución pendiente. También le ha arrebatado la transgresión institucional e
indumentaria. Los podemitas aspiran al monopolio de la subversión formal.
Jesús Rodríguez, en el Parlamento de Andalucía |
A José Antonio Castro (IU, de Málaga), el diputado adolescente por antonomasia
de la legislatura pasada, que animó el hemiciclo con su muestrario inacabable
de camisetas reivindicativas, le salió ya en la primera sesión un serio
competidor: el diputado Jesús Rodríguez (Podemos, de Cádiz), que lució la
camiseta verde de la plataforma de defensores de la educación pública, por
fuera del pantalón vaquero más viejo que tenía en su casa, y no paró de
carcajearse durante toda la mañana. ¿Qué dejará este hombre para cuando va al
chiringuito o a hacer senderismo?
A mí esto de la vestimenta de los parlamentarios estrafalarios no me importa absolutamente nada. Como si acuden a los escaños con el tipo de una chirigota... Lo que sí me parece es que se equivocan si creen que vistiéndose así parecen más combatientes contra el orden establecido. La revolución no tiene nada que ver con los andrajos. Y se equivocan todavía más si piensan que resultan más representativos del pueblo trabajador.
Igual estoy equivocado,
pero sospecho que el pueblo trabajador y llano -la gente, para usar el mismo
léxico que Rodríguez- acostumbra a escamondarse y arreglarse con esmero para
las grandes ocasiones y reserva sus mejores galas para los actos solemnes y
especiales. Es probable que la inmensa mayoría de la gente considere que sus representantes
electos deberían ir presentables al acto en el que toman posesión de sus
escaños. No hace falta que vayan con uniforme de gala, ni con traje oscuro ni
con corbata. Basta con que no vayan de trapillo. El Parlamento andaluz no es La Caleta.
Más lamentable fue la actitud del nuevo diputado adolescente
en el momento de prometer su acatamiento a la Constitución. Se
solidarizó con los colectivos que protestaban a las puertas del Parlamento y
llamó al texto constitucional "caduco y antidemocrático". Él está
donde está, milita donde milita y dice lo que dice gracias a esa Constitución
caduca y antidemocrática. Que también me permite a mí escribir esto. Nos vamos a divertir esta temporada.
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