Emilio Ruiz
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Estatua de Jairán |
El
apretado calendario electoral solo permitía inauguraciones entre el 23 de
marzo, Lunes de Pasión, y el 30 de marzo, Lunes Santo. Fuera de esos siete días
quedaba prohibido “cualquier acto organizado o financiado, directa o
indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las
realizaciones o a los logros obtenidos”. Había que ir, pues, a calzón quitado.
Y por eso pasó lo que pasó. El viernes 27, el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, y el concejal de Cultura, Ramón Fernández Pachecho, inauguraron la
estatua de bronce del rey Jairán,
colocada junto a la Alcazaba. Unas
horas después, una parte de la espada del primer rey de la Taifa de Almería había sido
arrancada. Por “unos cafres y desaprensivos”, decía el concejal. Por “mamarrachos
y sinvergüenzas”, apuntaba el alcalde.
Una tendera
del barrio que vio “toíco-toíco” no daba crédito a lo que oía: “Pero si han
sido los operarios al montarla, que yo lo vi, y el concejal lo sabe, que yo se
lo dije, y me dijo que guardara el trozo en mi casa. Y como favor lo hice. Ni vándalos
ni ná". “Es cierto que la espada estaba un poco doblada, pero no
fracturada", reconoció luego el concejal. “Pues que sepan que estamos muy
enfadados”, replicó Juan del Águila,
presidente de la Asociación de Vecinos. “Lo que tiene que hacer el
alcalde es disculparse”, añadió la concejala socialista Clara Inés Rodríguez. Según Jose
Fernández, a la Junta
estas cosas no le pasan. “Como no tiene nada que inaugurar…”. ¿Y no será Joaquín Jiménez el autor del
estropicio?