Miguel
Ángel Blanco Martín
Periodista
Fue
el 8 de octubre de 1984 cuando Juan Goytisolo regresó formalmente a Almería, al
cumplirse los veinte años de Campos de Níjar (editado en 1964), uno de los
destacados libros-crónica viajera del autor. Ya con la democracia en marcha, el
debate y reflexión en torno a este libro adquiere un sentido renovado en una
conmemoración promovida por el Instituto de Estudios Almerienses. Y está
también está el reencuentro con La
Chanca , otra crónica viajera de Goytisolo.
Con
este reencuentro el escritor abría nuestra realidad a una dimensión diferente,
daba respuesta a esa permanente demanda de lo almeriense para trascender más
allá del aislamiento, como un grito para proclamar la existencia de este Sur.
El escritor, conciencia crítica y heterodoxa de la realidad, obtiene el
reconocimiento y es nombrado “hijo adoptivo” de Níjar, “vecino de honor” de La Chanca en 1984 y premio
Bayyana “Almeriense del año” 1985. Ahora, ya en pleno siglo XXI con la entrega
del Premio Cervantes, este jueves en Alcalá de Henares, el escritor, ejemplo de
heterodoxia intelectual, recorre de nuevo sus sentimientos por La Chanca y los Campos de
Níjar.
Goitisolo, en La Chanca |
El
reencuentro de Juan Goytisolo con el tiempo de Campos de Nìjar supuso la
reflexión sobre el significado del momento vivido y el factor determinante de
su encuentro con el paisaje almeriense, “había en principio una cuestión
estética porque me encontraba ante el paisaje más bello, con una peculiaridad
desconocida. Y yo me preguntaba por qué la gente renegaba de este paisaje. La
gente no quería aceptar este paisaje porque en el fondo les recordaba su
atraso. Para mí, de todas formas, este tema está claro. El paisaje almeriense es
de una belleza sin discusiones. Es un paisaje virgen, limpio, único. Por otra
parte, el viaje a la provincia de Almería, me sirvió para descubrir mis
simpatías con el Sur, a llegar a identificarme con esas tierras, con Andalucía,
hasta el punto de que me siento más identificado con el Sur que con los
catalanes y con mis ancestros vascos. Es algo que no puedo explicar. Luego
estaba también una cuestión moral, porque me encontraba ante un pueblo
subdesarrollado, prácticamente en situación tercermundista en muchos aspectos”,
explicaba en una entrevista de 1984.
Un
gesto singular de Juan Goytisolo con Almería fue la donación de gran parte de
su archivo literario. El escritor informó de su decisión a la Diputación en 1984, con
motivo de su reencuentro con Almería. El 28 de enero de 1986 un pleno
extraordinario de la
Diputación formalizó legalmente la donación. Sin embargo, la
personalidad crítica del escritor, poco dado a los halagos y vanidades,
mantenía su originalidad y alguna que otra reticencia institucional. A la vida
en la calle apenas trasciende el gesto.
Juan
Goytisolo siempre regresa a Almería. Entre París y Marrakech, siempre acude a
la llamada de La
Chanca. Recorre sus calles, habla con los vecinos, y emprende
un diálogo que dura ya hace más de cuarenta años. Y es aquí donde desarrolla su
discurso coloquial sobre retrato en el Sur, como la originalidad cultural que
nos queda. El 93 es el momento oportuno para la reflexión. “Tengo que volver
como una confrontación entre la memoria y la triste realidad». Defiende valores
cotidianos como la hospitalidad, «soy un militante ecologista”, defiende la
escritura como un trabajo solitario, y para él, Andalucía juega el papel clave
del pasado distinto.
La
proyección de Juan Goytisolo sobre Almería se fue consolidando durante la
década de los 90, con la nuevas aportaciones de originales de su obra a su
archivo, sobre todo la colección de fotografías del escritor captadas en sus
viajes; y la presencia del escritor en seminarios de estudios del IEA sobre su obra
y, sobre todo, en las distintas propuestas de reivindicación popular y vecinal
de La Chanca. Y
ahora, en 2015, La Chanca
y los Campos de Níjar se visten de gala, con la voz de Sensi Falán, para
acompañar al escritor junto a Cervantes.