Juan Torrijos
Periodista
Hay que esperar que así sea y cuanto antes mejor. Nos
acaba de presentar el rector su equipo y hay que reconocerle cierta valentía. Profesores
y trabajadores de la UAL con dilatada presencia en el campus de La Cañada, pero
sin connotación (en principio) con los dirigentes anteriores. Ninguno. Gente que
de entrada parece libre, sin ataduras con despachos de políticos que les
desvíen de su principal labor: su trabajo por la Universidad y por la educación
de los nuevos almerienses.
Carmelo Rodríguez |
Si sigue por ese camino el rector
y su equipo pueden sorprender a propios y extraños. Esperemos esas sorpresas.
Estábamos acostumbrados a las componendas y los contubernios, los cantos
corales y los contratos bajo cuerda. La opacidad ha sido la madre durante muchos,
demasiados años en la Universidad. ¿Se ha acabado?
Vamos a creer que es así, pero
no cantemos victoria antes de tiempo, que la caída puede ser aún más dura. El
equipo que debe conseguirlo está nombrado, pero ahora hacen falta las obras, y habrá
que ir viéndolas venir, don Carmelo. Es la hora de conocer a fondo lo que
se cuece en fundaciones y escuelas que dependen de la UAL. No estaría de más
saber las cuentas de alguna escuela y las formas de adjudicar trabajos a
fundaciones.
No es fácil, lo sé. Nadie quiere
molestar a los anteriores dirigentes, por aquello de que mañana pueden volver a
cambiar las tornas y las alfombras a levantar serán las tuyas, pero algo habrá
qué hacer ¿no? Se nos vendió la residencia para estudiantes como un gran logro
y una importante obra de y para la Universidad, y la realidad, según los datos económicos
de algún profesor, es que puede ser un pozo sin fondo para la caja de la UAL.
Si existe ese informe, como se
comentó en su día, ¿no creen ustedes que ha llegado el momento de darlo a
conocer? Menudo problema el que les ha caído a Carmelo Rodríguez y su equipo
con la residencia. Me temo que tendremos que volver a escribir en otro momento de
la residencia y su futuro, no muy claro en lo que a la economía se refiere.
Con todo, y como la esperanza
es lo último que se pierde, vamos a desear que la UAL siga siendo ese gran
medio educativo que debe cambiar a la nueva y joven sociedad almeriense. Un
equipo joven, y repito, sin ataduras políticas que se sepa por ahora, parece un
buen principio. ¿Un canto a la esperanza?