Rodrigo Rato, condenado a la pena del telediario

Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica de Almería

El paseillo del exministro de Aznar Rodrigo Rato, detenido la tarde del jueves por petición del fiscal, acusado de los delitos de fraude fiscal, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales, le dan la puntilla al Partido Popular. Porque llueve sobre mojado después del caso Bárcenas y otros altos cargos populares detenidos, encarcelados, investigados...

Rato, detenido
Pero Rodrigo Rato no es un cualquiera dentro de partido en el que militó hasta que fue apartado tras el caso Bankia y las tarjetas Black. Llegó nada más y nada menos que a director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), dimitiendo, con explicaciones poco convincentes, en el verano del 2007. Desde sus comienzos como diputado por la provincia de Cádiz, en las elecciones de 1982, pasó por un rosario de importantes cargos con Aznar, llegando a ser el vicepresidente primero del gobierno.

Parecía estos días que nos encontrábamos en un impasse de escándalos políticos ya que andamos en periodos electorales varios. Pero menudo añito de ídolos de barro. Porque tenemos a todo un Pujol confesando ser un defraudador, toda la vida; un Jaume Matas, expresidente de Baleares, encarcelado; al expresidente de los empresarios, encarcelado... Y todo un lodazal de robos del dinero público en Andalucía, con funcionarios, sindicalistas, políticos, empresarios implicados. Centenares de implicados.

Quizá, o no quizá, estamos asistiendo al fin del bipartidismo ya que ambos partidos, pepé y pesoe, no paran de perder apoyos tras conocerse los cientos de casos o conductas impropias. Parece que la lista de los más de setecientos personajes importantes acogidos a la amnistía fiscal de Montoro nos va a dar muchos telediarios. 

Como siga el goteo de paseillos y pena del telediario a políticos de postín los de Podemos, los de Ciudadanos, los nuevos partidos sin pasado y lleno de jóvenes que hablan claro, se van a llevar los votos de millones de desencantados con la casta. Así que ojo al dato. El pepé puede seguir bajando y como sigan así las cosas Rajoy se verá desplazado a un segundo/tercer lugar.

Como decía ayer, los políticos están de infarto porque son miles los que dejarán de pisar moqueta, y de vivir del cuento. Sí, del cuento de la política.

Soraya mata a Rato

Ha sido premeditado y con alevosía. Primero, con la complicidad de ese siniestro ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, se envía a los inspectores para que buceen, a fondo, los dineros de toda la familia Rato. Luego se puentea a los de anticorrupción y se prepara el crimen. Desde Moncloa se filtra a prensa, radio y televisión, la inmediata llegada de la policía al domicilio del que fuera vicepresidente del último gobierno de Aznar, nada menos que Rodrigo Rato. El asesinato político está consumado. Soraya se toma la venganza en plato frío. Y de paso se posiciona como la única con pedigrí limpio para sustituir a Rajoy en la Presidencia del Gobierno. 

Porque nuestro presi está estigmatizado con Bárcenas, Matas y otros muchos. Y fue compañero de Rodrigo Rato en todos los gobiernos de Aznar. Precisamente Rato bloqueó el expediente del grupo Prisa, ya saben, El País de Jesús Polanco, que se había encontrado Aznar al llegar a Moncloa. Un grave expediente realizado por los inspectores de Hacienda de Felipe González y que estaba congelado, convenientemente. El nuevo ministro argumentó que no estaban preparados para una guerra mediática de La Ser, El País, y todos los medios afines al ponlanquismo. Miguel Ángel Rodríguez echaba chispas... Ya saben, Polanco, La cadena Ser, como agradecimiento, compró a la familia Rato su cadena de emisoras.

Y tras el fiasco de Bankia había que dar una lección muy ejemplar. Había que distanciarse de los compañeros de Aznar. De la casta del pepé. Había que meter en la cárcel a algún exministro para obtener el carnet progre. Y Soraya lo tiene muy fácil desde su despacho en Moncloa. Además, ahora es la protegida de Juan Luis Cebrián, y El País la trata como a una auténtica princesa. Vamos que la quieren de presidenta. 

A don Jordi Pujol la policía no le detuvo. A don Jordi Pujol el fiscal no ordenó que los policías entraran en su domicilio y despachos para registrarlos y llevarse miles de documentos. A don Jordi Pujol no le esperaban cientos de cámaras en la puerta de su domicilio. Soraya no filtró a la prensa ninguna actuación contra don Jordi Pujol. Y eso que lo del expresidente de la Genaralitat es bastante mas grave, por supuesto. 

Si, el fuego amigo ha matado a Rato. Y como la jugada de Soraya ha sido todo un éxito, pues habrá más. Irán cayendo todos los alfiles próximos a Mariano Rajoy.