El partido que ayer tarde celebraron en el campo de los Juegos
Mediterráneos el Almería y el Eibar puede ser determinante para la permanencia
del club rojiblanco en la Liga BBVA. También, para el Eibar. Se saldó con victoria local, y ese
resultado coloca al Almería fuera del grupo de descenso, igualado a puntos con el equipo vasco.
La noticia del partido fue ésa. Pero como en este país somos especialistas
en hacer de lo sustancial anécdota y viceversa, lo que hoy es noticia en la
mayoría de los medios de comunicación españoles no es el importante resultado
del partido, sino algo de escasa importancia que sucedió en la rueda de prensa
del entrenador del Eibar, Gaizka Garitano.
El abandono |
Pongámonos en antecedentes. Es habitual que los entrenadores de equipos
rivales originarios de comunidades autónomas con idioma propio comiencen sus ruedas de prensa
manifestando que van a responder en su idioma nativo y en castellano. Guardiola, por ejemplo, cuando
venía con el Barcelona, lo aclaraba perfectamente: “Voy a responder en primer
lugar en catalán a las preguntas que se me formulen en catalán para
posteriormente responder en castellano las que se me formulen en castellano”, decía en castellano. Y nada había que objetar y nadie nada objetaba.
En el caso de ayer, el entrenador del Eibar,
Gaizka Garitano, no hizo esta observación preliminar. Comenzó la rueda de prensa y la primera pregunta que
se le formuló fue en euskera y en este idioma fue respondida. La segunda pregunta
corrió igual suerte. Fue en este momento cuando dos informadores locales entendieron –que torpes hay que ser para entender eso- que toda la rueda de prensa
se iba a desarrollar en euskera y entonces manifestaron sus quejas. Según algunos colegas presentes en la rueda de prensa, los periodistas que se manifestaron con aspavientos fueron José Luis Laynez, habilitado por la agencia catalana Área 10, y, en menor medida, Juan Gabriel Gutiérrez, de Ideal, y Chema Fernández, de Onda Cero.
Insisto, la inquietud de los periodistas locales fue torpe, muy torpe; pero
también el entrenador vasco hubiera resuelto la papeleta aclarando lo que para casi todos era obvio: que iba a responder primero en euskera y después en
castellano. Lejos de actuar de esta forma, dio por finalizada la rueda de
prensa de forma brusca y a pesar del apoyo que en todo momento recibía del jefe de Prensa del Almería, el periodista Juanjo Moreno, y de la mayoría de los periodistas presentes.
Desde el inicio de la rueda de prensa se notaba que Gaizka Garitano no estaba de humor. Y razones tenía. Sabía lo peligroso que podía ser para su equipo la pérdida de los tres puntos. Un hombre, como él, acostumbrado
a resolver papeletas difíciles, en condiciones normales hubiera resuelto esa sin dificultad. Pero no
tenía el cuerpo para muchas complacencias. Y optó por el camino equivocado:
dejar plantados a decenas de periodistas que fueron respetuosos con su
manera de expresarse y que incluso censuraron la actitud de sus intransigentes compañeros. No me cabe ninguna duda de que si el Eibar hubiera conseguido los tres puntos la actitud de Gaizka Garitano hubiera sido distinta.
La historia es ésta. Ponerle añadidos y condimentos a lo único que conduce
es a alimentar la confusión y el malestar. Y eso es lo que acaba de hacer la periodista
Samanta Villar, que ha entrado en el debate de esta forma tan desafortunada a través de su cuenta de Twitter:
Tuit de Samanta Villar |
La periodista de 21 Días ha demostrado ser tan torpe como esos dos intolerantes colegas almerienses. En el momento que redacto estas líneas, tampoco ha visto
conveniente eliminar su tuit. El enfado con ese comentario no se ha hecho
esperar a través de la misma red social: “Aquí te has equivocado. Tan falta de respeto es no respetar al
euskera como generalizar con los andaluces”, “Un poco de respeto a
Almería, por favor”, “Que haya algún
tonto que dé la nota no te da permiso para k te metas con todos», son algunos
de los tuits que se pueden leer. El de Miriam Taubenfeld es concluyente: “Pensaba
que eras más inteligente. Ahora veo que tienes los calculos justos pa echar el
día”.
Por cierto, Samanta, quienes medio entendemos el castellano llegamos a entender que el calificativo que acompaña a un sustantivo en plural debe ir también en plural. Cuestión de concordancia. Así que 'pobre periodista deportivos', no, amiga. Y al final de una frase, pues hay que colocar el puntito. Nos lo explicaron en la escuela, y lo entendimos, fíjate, aunque a duras penas entendamos el castellano.
Por cierto, Samanta, quienes medio entendemos el castellano llegamos a entender que el calificativo que acompaña a un sustantivo en plural debe ir también en plural. Cuestión de concordancia. Así que 'pobre periodista deportivos', no, amiga. Y al final de una frase, pues hay que colocar el puntito. Nos lo explicaron en la escuela, y lo entendimos, fíjate, aunque a duras penas entendamos el castellano.