El laberinto andaluz

Kayros
Periodista

Hay por ahí un anuncio en televisión donde, al parecer, una niña pregunta de dónde vienen los bebés. La madre recoge la sugerencia y lo explica sobriamente de esta manera: “Pues nada, dos que se quieren, se juntan, llaman a la cigüeña, y ya está”. A la niña no parece convencerle la extraña explicación y mira a su madre con cara de incredulidad. Las conversaciones de los partidos implicados en la formación del Gobierno autonómico andaluz parecer ir por el mismo camino.

Susana Díaz
Como quiera que, salvo el PSOE, ninguna formación quiere colaborar con su voto en la investidura de Susana Díaz, los ciudadanos, expectantes, no salimos de nuestro asombro. Parece como si la democracia hubiera llegado a una especie de laberinto de donde no se puede salir: unos porque quieren ser tan perfectos que no aguantan un pacto con su semejante y otros porque al acercarse el 24 de mayo prefieren la indefinición más absoluta.

En medio de este fuego cruzado estamos nosotros los ciudadanos. Que haya un Gobierno que se preocupe de nosotros no cuenta. Dice la candidata socialista que para hacer oposición hace falta primero que haya Gobierno, pero esto no lo tiene en cuenta nadie. De nada valen sus iniciativas contra la corrupción, regeneración democrática, empleo, fiscalidad, y desahucios. Incluso Chaves y Griñán han tenido que marcharse para dejar tranquila la conciencia de los muy puros, pero ni eso.

Dicen que son palabras, operaciones engañosas de corte y pega, cualquier cosa menos asumir su responsabilidad frente al ciudadano andaluz. Y como es posible que el laberinto se repita en otras autonomías, hasta el presidente de Extremadura intenta buscarle una salida jurídica a través de una segunda vuelta. ¡Madre, qué quebraderos de cabeza da la política, sobre todo cuando tantos nos quieren tanto que son capaces de olvidarnos!

Y solo falta que haya otras elecciones sumadas a las cinco o seis que tenemos este año. Por lo que se ve existe un bien particular de cada partido, pero no un bien general de todos que facilitan el pacto. Dice Angel Gabilondo que gobernar es buscar el pacto. Claro, esas cosas tan espirituales solo las dice un profesor de metafísica. A los lobos ansiosos de carnaza no les vayas con semejantes exquisiteces.