Emilio Ruiz
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Miguel Cazorla |
No
es propaganda política, que hoy no se puede hacer, es la constatación de lo
percibido: entre los candidatos a la alcaldía de Almería, el que ha realizado la mejor campaña ha sido de Miguel
Cazorla, de Ciudadanos. ¿Y qué ha hecho el ‘ciudadano’ Cazorla, se
preguntará el lector, para llevarme a esa conclusión? Pues ése ha sido su
mérito, que no ha hecho nada. Excepto regalar unos kilos de naranjas y
participar en la porra del kiosco Amalia, nada. Era exactamente el objetivo
marcado: no hacer nada o casi nada. El partido de Albert Rivera, en estas elecciones, es una marca bendecida, y sus
candidatos lo que tenían que hacer era no meter la pata. Miguel Cazorla no la ha metido. Se
ha dejado llevar sin atender a las tentaciones lanzadas desde las filas del
Partido Popular. No ha picado en el anzuelo, y eso es un mérito, del portavoz
del PP en el Ayuntamiento, Carlos
Sánchez, para quien “Miguel Cazorla es
un chaquetero”. La pasividad requerida va a dar a Ciudadanos el premio
esperado: cuatro o cinco concejales.
Los
demás candidatos se lo han tenido que trabajar. La campaña de Juan Carlos Pérez Navas (PSOE) ha
sido persistente y fuertemente elaborada. La de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador (PP), cercana e
institucional, como tenía que ser. La de Rafael Esteban (IU), adusta y seria. La de Laura Rodríguez-Carretero (UPyD),
tan ilusionante como previsiblemente poco rentable. Y las de Fernando Plaza (Ahora
Almería), Mª del Carmen Murillo (Ganemos
Almería), Manuel Pérez Sola (Equo)
y Carmen Mª González (PA),
ni fu ni fa.