Emilio
Ruiz
Los partidos emergentes han traído nuevos nombres a la
escena política de Almería. Los que se nos han hecho más familiares, por ahora,
son Lucía Ayala y Antonio Heras, de Podemos, y Marta Bosquet y Miguel Cazorla, de Ciudadanos. Ellas dos ya tienen cargo público:
son diputadas en el Parlamento de Andalucía. Antonio Heras suena como cabeza de cartel al Congreso de los
Diputados, y Miguel Cazorla encabeza
la candidatura del partido de Albert
Rivera al Ayuntamiento de Almería.
Miguel Cazorla |
Nadie recuerda que Lucía
Ayala o Marta Bosquet, como
diputadas electas, hayan realizado iniciativa alguna o hayan sugerido idea
alguna encaminadas a obtener el mayor bienestar de quienes les eligieron con su
voto. Tampoco se les ha criticado por ello. Al fin y al cabo, apenas hace un
par de semanas que prometirton o juraron sus cargos. Que sigan, pues, con su
periodo de gracia.
Miguel Cazorla
–el menos nuevo de los nuevos-, en cambio, está siendo objeto de una
persecución exacerbada desde el minuto cero de su elección como coordinador de
Ciudadanos y como candidato a la alcaldía de la capital. Ya ha tenido que ir a
los juzgados una vez por una cuestión baladí de la que salió airoso. Ahora, le
han citado de nuevo por otro asunto ridículo.
Y, mientras, la concejal del PP Ana Martínez Labella alimenta el fuego y dice de él, de Miguel, que
“sin una ideología clara, en los últimos años ha pasado por dos formaciones
políticas e intentó entrar en una tercera sin éxito. Tanto cambio empieza a ser
sospechoso y parece que lo único que le importa a Miguel Cazorla es poder vivir de la política sin importar mucho
bajo qué siglas”. Jo, qué fuerte. Como le diría mi difunta abuela: ¿Y qué
necesidad tienes tú, Ana, de manifestarte así con Miguel? Pues como necesitéis
su voto…