Emilio
Ruiz
Este
mediodía se inicia el debate de investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. La candidata
expondrá el programa político del Gobierno que pretender formar y solicitará la
confianza de la cámara. Mañana, serán los portavoces de los cuatro grupos con
representación parlamentaria, de menor a mayor número de escaños (IU, Podemos,
PP y PSOE), quienes expondrán sus posiciones. Por la tarde se realizará la
votación.
En esta
primera votación, para que Susana Díaz sea proclamada presidenta, necesita
mayoría absoluta de votos, o sea, contar con el apoyo de los diputados de PP,
Podemos o Ciudadanos. Como es presumible que no contará con este apoyo, el
jueves los diputados tendrán que volver a la cámara para realizar una nueva
votación. En este caso, Susana Díaz sería investida presidenta con mayoría
simple.
Susana Díaz |
Descartado
el voto afirmativo de los grupos políticos, excepto del propio, esta nueva
mayoría sólo la podrá conseguir Susana Díaz si se abstiene el PP o Podemos y
Ciudadanos juntos. Si no se produce ninguna de estas circunstancias, se
realizarían nuevas convocatorias del Parlamento que serían sin debate y solo
para la votación. Si, transcurrido
el plazo de dos meses desde la primera votación, la candidata no hubiera
obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y la
presidenta de la Junta
en funciones convocará nuevas elecciones.
Éste
es el calendario. Y ésta es la pregunta obligada: ¿superará Susana Díaz la
investidura o nos veremos los andaluces abocados a nuevas elecciones? No, no
habrá nuevas elecciones. Susana Díaz será investida presidenta de la Junta de Andalucía. La
cuestión está en saber cuándo y con qué abstenciones. De las dos opciones
posibles –recordemos: abstención del PP o abstención de Podemos y Ciudadanos-,
todo parece indicar que será gracias a la abstención de los partidos de Pablo
Iglesias y Albert Rivera.
Las
conversaciones con Ciudadanos han dado un giro radical este fin de semana. El
PSOE se ha comprometido a asumir su decálogo anticorrupción. Además, la
presidenta asumirá en su discurso de investidura algunas de las medidas propuestas
por C’s en materia económica y contra el paro. Es muy posible que ambos partidos suscriban
con toda solemnidad un acuerdo conjunto en este sentido.
Ahora
bien, no es suficiente la abstención de los nueve diputados de Ciudadanos. Se
necesita también la abstención de los 15 diputados de Podemos. ¿Y ello es
posible? Sí, es muy posible. Podemos ya ha dado por buena la retirada política
de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Ahora exige que la Junta retire los depósitos de
bancos que no frenen los desahucios y que haga una reducción drástica de
altos cargos. Se busca la manera de formalizar estas demandas dentro de la ley.
¿Y
si finalmente Podemos no se abstuviera? Pues queda otra puerta que también se
puede abrir: la abstención del Partido Popular, antes o después de las
municipales. Juan Manuel Moreno Bonilla, en un primer momento, ofreció a Susana
Díaz la abstención de sus diputados si PP y PSOE formalizaban un acuerdo de
dejar gobernar en los municipios al candidato de la lista más votada. Rechazada
de plano por el PSOE, de aquella propuesta nunca más se supo.
Mariano
Rajoy ha transmitido de forma fehaciente que bajo ningún pretexto va a permitir
que se repitan las elecciones en Andalucía. Lo menos que quiere ahora el
presidente es otro caso de inestabilidad política. Los ‘populares’ andaluces van
a pregonar el ‘no’ una y otra vez. Pero, al mismo tiempo, en el PP dan por hecho
que si Podemos y Ciudadanos no le abren a Susana Díaz las puertas de San Telmo,
serán ellos quienes se las abrirán. Dejar gobernar a quien ha ganado unas elecciones
si no se configura una mayoría alternativa es una cuestión de pura
responsabilidad. De sentido común, que diría Rajoy. De personas normales, vamos.