La economía sumergida en el campo almeriense

José Carlos Tejada
Secretario de Políticas Sectoriales de CCOO

Nuestra agricultura lleva décadas ayudando a la economía almeriense a mantenerse a flote y ser el puntal del mantenimiento de miles de puestos de trabajo, no solo del sector, sino del gran número de empresas auxiliares que giran alrededor de su actividad. Podemos afirmar, por tanto, que nuestro campo almeriense ha sido un colchón amortiguador durante todos estos años de crisis, donde el único que ha mantenido el tipo ha sido él en materia de empleo y de mantenimiento de la actividad económica que incluso ha sido capaz de ir en aumento, tanto en calidad como en cantidad

Pero para CCOO de Almería la gallina de los huevos de oro tiene un talón de Aquiles, que es que casi un 30 % de la actividad del sector gira y se alimenta de una repudiada economía sumergida, que, pese a los años transcurridos, cuesta erradicar, donde algunos empresarios apuestan por los incumplimientos de los convenios, por el fraude continuo en materia de contratación y por unas condiciones laborales que en algunos casos rozan la esclavitud.

El 30 % es economía sumergida
¿Qué factores influyen para que este mal endémico no termine de erradicarse? Desde el punto de vista de CCOO entendemos que habría que empezar por denunciar la escasa voluntad política de atajar esta situación. Es cierto que a lo largo de los años se han llevado a cabo campañas contra el fraude en la agricultura almeriense que, por desgracia, no han tenido ningún éxito. Creemos que sería necesario que las administraciones públicas con competencia en esta materia se coordinaran más y mejor, lo que permitiría por ejemplo a la Inspección de Trabajo recabar más información de las empresas fraudulentas y llevar a cabo actuaciones indirectas, lo que incrementaría el número de actuaciones.

La Inspección de Trabajo, por cuestiones de competencia, es la Administración que trabaja día a día para que se cumpla con la norma y con la Ley en materia laboral, de contratación y de Seguridad Social. Desde CCOO reconocemos que difícil tarea es la que asume la Inspección de Almería, teniendo en cuenta la gran extensión del campo almeriense y el reducido número de inspectores y subinspectores con los que cuenta la plantilla.

Pero entendemos que contra la economía sumergida hay que seguir luchando y apuntamos algunas propuestas. A a las mencionadas actuaciones indirectas creemos que es necesario constituir una unidad especial en la Guardia Civil contra el fraude en el campo, incremento de la plantilla de la Inspección de Trabajo, constitución a nivel provincial de una Comisión contra la economía sumergida en el campo almeriense, donde participen, aparte de las Administraciones, los agentes sociales, así como los representantes de las distintas asociaciones de productores del campo almeriense; mayor coordinación de las Administraciones públicas y mejora de los textos de los convenios en materia de fraude.

Desde CCOO entendemos que la erradicación de la economía sumergida es un objetivo común y en esa tarea todos tendremos que estar, porque al final todos saldremos ganando.