José
Fernández
Periodista
La
presidenta de la Junta
de Andalucía, Susana Díaz, la misma que sigue manteniendo un carísimo y
nebuloso entramado de agencias, observatorios, fundaciones y empresas paralelas
a su administración oficial para el acomodo y manutención de familiares,
compañeros y amigos del partido, no parece dispuesta a que la izquierda más
radical le coma al PSOE la tostada de la “tolerancia cero” con los desahucios.
Desahucios |
Para ello ha anunciado que pedirá la colaboración de Ayuntamientos y Diputaciones para cofinanciar la compra de viviendas libres que vayan a ser
objeto de una ejecución hipotecaria. Para esto sí es importante contar con
otras Administraciones. Hay que ver lo que han cambiado las cosas en el PSOE
desde que en 2008 su compañera Carmen Chacón anunciase, como ministra de
Vivienda, la creación de juzgados específicos para agilizar los desahucios.
El
caso es que la señora Díaz está realizando estos días un “tour” por las
diferentes capitales de provincia andaluza solicitando de los alcaldes la
asunción “de su responsabilidad social” y que aflojen la pasta para que ella
pueda hacerse fotos en la puerta de las viviendas rescatadas de las afiladas
garras de los mismos que antes eran animados por el mismo PSOE a desahuciar más
rápidamente.
En todo caso, cuando esta señora venga a Almería, no estaría de
más que alguien le recordase que el primer y más conocido desahuciado de la
capital no es otro que el propio alcalde, que lleva diez años con la Casa Consistorial
cerrada, en ruinas y tapada con una lona para evitar a almerienses y visitantes
la vergüenza del escombro y la cochambre que acumula el principal edificio
civil de Almería capital, que continúa a la espera de que la Junta de Andalucía que
preside doña Susana cumpla su compromiso de rehabilitación. Unos trabajos que,
según los dirigentes socialistas de Sevilla, iban a estar concluidos para el
inicio de los Juegos Mediterráneos de 2005, acontecimiento que cumple ahora una
década en la memoria de todos los almerienses.