Antonio Felipe Rubio
Capitán de Yate. Miembro de la Real Asamblea de Capitanes de Yate de España
En la denominada “Operación
Sextante”, la Guardia Civil ha inculpado a 851 personas por gestionar y obtener
titulaciones falsas náuticas para manejar embarcaciones de recreo de hasta 24
metros de eslora, en una operación que se ha desarrollado en 31 provincias,
entre las que se encuentra Almería, donde hay 65 implicados.
La Operación
Sextante destapa una gran insensatez por parte de usuarios de embarcaciones
que no sólo se enfrentan a procesos administrativos y penales (falsificación de
documento público) sino que ponen en peligro su seguridad, la de sus
acompañantes y la de otras embarcaciones ajenas. El manejo de una embarcación dista mucho de
un vehículo terrestre. Un barco no tiene freno de mano; no se puede “aparcar”
ante una eventualidad; no se puede detener en medio de un temporal… y, ante una
emergencia, no es tan fácil como llamar a la grúa. Las emergencias en la mar
suelen acontecer a distancia de tierra y activan dispositivos muy cualificados
y costosos: Salvamento Marítimo, helicóptero, Guardia Civil y otras
embarcaciones alertadas. Y no es difícil asegurar que gran parte de las
emergencias náuticas en embarcaciones de recreo son producto del
desconocimiento de los patrones que utilizan una embarcación como extensión de
su sedán o berlina.
65 implicados en Almería |
En tierra las señales de tráfico son muy
intuitivas y los pictogramas bastante descriptivos, pero en la mar hay que
tener un suficiente conocimiento de las señales diurnas y nocturnas (luces) que
alertan y son de gran ayuda para evitar peligros navegando sin comprometer
nuestra seguridad y la de otras embarcaciones. Por ello, es vital superar los
exámenes que nos obligan a conocer señales cardinales que nos alejan del riesgo,
y otras que nos informan de peligro aislado, fondeo, varada, capacidad de
maniobra restringida… sin olvidar los preceptos para navegar con intensa niebla
o respetar el derecho de paso (preferencia) de otras embarcaciones.
El conocimiento sobre el uso de la radio
resulta vital para nuestra seguridad y para alertar sobre la seguridad
comprometida de otras embarcaciones. Una información errónea e incompleta puede
ser letal para nuestra integridad; de ahí la importancia de conocer los
procedimientos de situación que pueden no estar disponibles en el GPS y se
puede informar con dos simples lecturas de brújula trasladadas a la carta
náutica. Pero el problema es mayor cuando no hay referencias terrestres al
navegar hasta 150 millas náuticas (Patrón de Yate) sin tener conocimiento
alguno sobre señales, comunicaciones, seguridad, navegación, legislación… y,
además, compartiendo espacio y cruzando derrota con embarcaciones internacionales
de gran tonelaje en dispositivos de navegación muy frecuentados. Y a esto hay
que añadir que no tenemos cobertura con el móvil y las conversaciones locales
escuchadas en VHF suelen ser en tagalo o vietnamita, y lo que nos puede
conectar con el mundo es un suficiente conocimiento del inglés náutico
internacional.
No hay que desanimarse para emprender
estudios de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) que puede pilotar hasta
doce millas y 12 metros de eslora y, con un complementario, permite hasta 24
metros y surcar hasta las Baleares. Estos estudios son muy necesarios para la
convivencia en la mar y mejorarán los niveles de seguridad para todos. Además
-hablo por mi experiencia personal- alcanzar esa titulación nos puede animar a
profundizar en el apasionante conocimiento de las prácticas de navegación
astronómica y gran cantidad de técnicas que nos enseñan a disfrutar de la
libertad y el placer de navegar, sin descuidar el inmenso respeto que siempre
hay que dispensar a la mar… y a las normas legales que garantizan nuestra
convivencia.