Pedro M. de la Cruz
Director de La Voz de Almería
Durante
las últimas 48 horas he mantenido varias conversaciones con personas vinculadas
a la estructura social, cultural y económica de la provincia para conocer su
opinión sobre la posición mantenida por Asempal y la Cámara de Comercio en torno
a la situación de las obras para llegada de la Alta Velocidad a la
provincia. El texto que sigue es un compendio de todas las opiniones recogidas.
He eludido hacer público sus nombres porque es su deseo alejarse de cualquier
protagonismo en un planteamiento que aspira a ser colectivo.
“Hasta
aquí hemos llegado: O toman en consideración a Almería o ha llegado la hora de
plantearse seriamente y con rigor sobre la estrategia de movilizaciones a
seguir y, llegado el caso, hasta de reflexionar sobre la oportunidad de constituir
un partido que se presente a las próximas elecciones generales defendiendo los
intereses de la provincia; un partido provincial. Ha habido gente que lo ha
propuesto, pero, en estos momentos y dada la situación, ya nada es descartable. El
momento político actual es extremadamente complejo y, en la configuración del
nuevo Parlamento, cada acta de diputado valdrá su peso en oro. No vamos a
adelantar acontecimientos, pero no vamos, tampoco, a tolerar más retrasos.
La Voz de Almería de hoy |
Toda
una legislatura sin hacer ni una sola obra del AVE en el tramo de Almería. Los
Presupuestos sí han contemplado cada año inversiones, más de cuatrocientos en
total, pero doscientos se han dedicado a pagar deudas anteriores; de los otros
doscientos, nada, ni un metro de obra. Y
que no nos digan ya que no hay disponibilidad presupuestaria. Cuando se quiere,
se puede. Ahí está el ejemplo de Orense. Cada uno de estos años la inversión
anual para que llegara la alta velocidad a la provincia gallega ha superado los
trescientos millones. Y nos parece bien. Pero Almería no es menos que Orense.
Es más.. Tenemos el doble de población y el doble de PIB. ¿Por qué entonces esa
discriminación?
Ayer
titulaba La Voz que 120 años después de la llegada del ferrocarril a la provincia, Almería
sigue ocupando el vagón de cola en las comunicaciones por tren en España. Desde
aquel 25 de julio de 1895 a
este 25 de julio de 2015 no hemos avanzado nada; es más: hemos retrocedido en
los últimos cincuenta años. Perdimos el tren diario a Barcelona; el nocturno
con Madrid; en el trayecto actual entre Almería y Sevilla, los viajeros tienen
que hacer el tramo Granada-Antequera en autobús; el tren que pasaba por el
Almanzora, el Guadix-Almendricos, dejó de existir hace tres décadas. Y con
esta situación, ¿hay alguien que nos pueda decir que no contamos los
almerienses con razones, argumentos y autoridad moral reivindicativa para que
el gobierno nos trate en los próximos Presupuestos como nos merecemos y como
necesitamos para continuar avanzando?
Al
comienzo de la Legislatura
nos dijeron que era lógico que el AVE llegara antes a Murcia y a Granada. De
acuerdo. Está bien. Pero ahora nos toca a nosotros. Y esperamos que el Gobierno
atienda nuestras peticiones y, si no lo hace, actuaremos en consecuencia. Y lo
mismo con las reivindicaciones pendientes con la Junta. Desde convocar
movilizaciones o actos reivindicativos, pacíficos pero contundentes, hasta la
creación de una opción política estrictamente provincial. No
vamos a estar callados ni quietos. No es una amenaza, que nadie lo interprete
así. Es una reflexión compartida que estamos dispuestos a potenciar si este año
los Presupuestos Generales del Estado no tratan a Almería como se merece. Y
que nadie confunda la situación. No vamos contra nadie. Vamos a favor de
Almería. Es más, queremos ser aliados de los partidos cuando planteen sus
reivindicaciones ante sus órganos de dirección.
La
provincia se juega el futuro con la llegada de la Alta Velocidad. No
podemos permitir continuar aislados; no podemos ni debemos tolerar que sigamos
siendo una isla separada del resto de España y de Europa por la inexistencia de
comunicaciones ferroviarias cuando estas, en la estrategia de movilidad
europea, tienen una importancia formidable; una importancia tan extraordinaria
que, si nos quedamos sentados en el andén viendo cómo pasa el tren sin
subirnos, estamos condenados a la irrelevancia turística y a la hipoteca
permanente de nuestras posibilidades de crecimiento económico. Almería o es
competitiva o regresará a un pasado que nadie quiere.
Los almerienses
-nuestros políticos también, claro que sí, porque ellos son tan conscientes de
esta marginación como el que más- debemos preguntarnos qué razones justifican
que Granada o Murcia (o no digamos ya Málaga) tengan o vayan a tener en los
próximos meses unas comunicaciones extraordinarias y Almería siga condenada al
aislamiento.
Ahora
le toca a Almería. Ya
no hay excusas que valgan. Pedimos –exigimos- lo que es justo, lo que por
justicia nos corresponde. Ayer cumplimos 120 años de la llegada del ferrocarril
a la provincia y continuamos casi como entonces. Ha llegado la hora de decir
basta. Ha llegado la hora de Almería.”