Cuatro años de Mariano Rajoy sin obras en el AVE

Juan Torrijos
Periodista

Las crisis siempre las pagan los que menos tienen: menos dinero, menos voces que los defiendan, menos políticos comprometidos, menos empresarios trabajando por la causa. Y Almería, está muy claro, forma parte de ese furgón de cola de las provincias españolas desde hace algunos años. Y eso que tenemos a todo un parlamentario nacional que es nada más y nada menos que el portavoz del partido del Gobierno en el Congreso de los Diputados, don Rafael Hernando.

Paralizado
Las cabezas visibles de Asempal y de la Cámara de Comercio han vuelto a salir a la palestra a contarnos que durante los cuatro años de Mariano Rajoy no se ha movido ni un metro de hierro o cemento que nos una al futuro del Ave. Y tienen toda la razón, leñe. La pregunta sería: ¿No pueden hacer ustedes algo más? ¿Con salir en la prensa una vez al año, cuando se acercan los presupuestos generales, se dan por satisfechos nuestros representantes empresariales? Poco nos parece.

A los políticos nada les podemos pedir y menos exigir. Pueden perder el trabajo si se enfrentan a sus jefes, pero a los empresarios libres, si es que de verdad lo son, que ya empiezo a dudarlo, habría que exigirles algo más de contundencia contra los agravios que padece esta tierra. No olvidemos que cuando defienden una obra pública están buscando el beneficio de uno o varios empresarios-amigos con los que se va a contratar el servicio.

Añadamos, es de justicia, que esas obras también son un alivio para muchas familias que encontrarían un puesto de trabajo. El beneficio, pues, es múltiple: económico para el empresario y el trabajador y social para los ciudadanos que lo vamos a disfrutar.

Uno echa de menos en estas historias actuaciones algo más contundentes por parte de los protagonistas. El ciudadano calla, el político mira para otro lado y el empresario protesta un poquito, lo recoge la prensa y a seguir con la vida, que hay que vivirla.

Escribimos sobre Rajoy y la protesta de los empresarios almerienses, pero si miramos por el lado de Susana, ahí no encontramos protesta alguna a la que referirnos, de los políticos con poder ni se espera, pero tampoco confiamos en que aparezca la de los empresarios de Asempal y la Cámara. Nos dirán que están esperando a que se hable de las cuentas andaluzas y entonces tendremos la crítica o el halago por parte de ellos.