El paro en Almería

Javier Menezo
Letrado del Sepe


Oficina del SAE
Los datos de paro registrado de Almería publicados ayer pueden recordar esa frase de que el árbol no nos deja ver el bosque. El árbol serían los datos de junio, un paro estacional, y el bosque ese volumen de desempleo convertido ya en estructural y que seguirá existiendo por mucha recuperación que haya. Saber distinguir ambos y respecto al estructural intentar determinar su volumen y características se convierte en fundamental para planificar actuaciones que eviten la caída en la exclusión de una parte de la sociedad almeriense.

El desempleo en Almería ha crecido en todos los meses de 2015, caso único en España. En mayo fuimos la única provincia donde subió; en junio una de las cuatro únicas, pero la cifra es tal, 1.432, que supera y por mucho la de las otras tres juntas. El crecimiento del paro en verano es estacional, esa es la parte buena de estas cifras. Procede de la interrupción de la actividad agrícola y descenderá cuando se reinicie la campaña en octubre. Incluso es positivo saber que tenemos 980 parados menos que hace un año, pero la diferencia con 2014 se reduce y hay 7.045 desempleados más que cuando se inició el Gobierno actual, casi un 10%.

Hay otros datos positivos, sin duda. El número de hombres desempleados es el más bajo en cinco años debido a una cierta recuperación del sector de la Construcción que, a diferencia del paro general, lleva bajando seis meses. Siempre se ha dicho que la Construcción es un indicador adelantado de la crisis -se vio en octubre de 2007- y de la recuperación. Desde enero hay de media unos 1.700 parados menos que en el mismo mes del año anterior, pero ese margen no aumenta, al contrario, da la sensación de cierto agotamiento, y la distancia con el año pasado se acorta.

Las mujeres paradas, las que durante los años duros de la crisis se incorporaron al mercado laboral ante la perdida del sueldo principal del hogar, ven que la cosa no va a más. El paro femenino está hoy en el nivel más alto de los últimos siete años. ¿Dónde está el nuevo empleo para las mujeres? Pues quizás en el mismo sitio que el de los desempleados de larga duración, a la vista de que uno de cada cuatro parados lleva más de dos años sin trabajo. Una cifra casi de no retorno que amenaza con el riesgo de convertirse en parados eternos.

¿Puede nuestra provincia tener el suelo de la cifra del paro, es decir, el "como mínimo", en 75.000 durante los próximos diez años? Pues no lo descarten, porque además se van incorporando más personas al mercado laboral a medida que cumplen la edad, que sólo la emigración parece aliviar. Esto es la causa de que sólo la mitad de los parados reciban protección social, un agotamiento de la protección dramático porque arroja hacia la exclusión cada mes a nuevas remesas de almerienses.

Y ya, para rematar, ¿qué posibilidad tiene una persona que se emplea en Almería de que su contrato sea indefinido? Pues una entre veinticinco.