Emilio
Ruiz
Durante
estos días se han publicado diversos datos relacionados con los diarios de
Andalucía que a los lectores menos avezados en el tema pueden inducir a
confusión. La realidad es que los propios medios tampoco facilitan con sus
informaciones una claridad sobre la situación del sector, y menos sobre la
situación del propio medio. Cada uno intenta llevar el agua a su molino.
Una
prueba evidente de esta ceremonia de la confusión en la que intentan
introducirnos los medios la ofrece El Correo de Andalucía. El periódico del
grupo industrial Morera & Vallejo ha titulado estos días: “El Correo de
Andalucía aumenta su difusión”. La información es errónea. Falsa, más bien
diríamos. Porque la realidad es que la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), que es la
entidad que controla la tirada y difusión de la prensa española, lleva varios
meses sin recibir datos de El Correo de Andalucía.
Audiencia, difusión e ingresos por publicidad de cada medio andaluz |
El periódico
del Grupo Morera & Vallejo posiblemente se refiera a la audiencia, que es algo
distinto. La audiencia la mide el Estudio General de Medios (EGM) y,
efectivamente, El Correo de Andalucía la ha aumentado, al pasar de 34.000 a 46.000 lectores
en un año. Simplificando, podríamos decir que la audiencia es el número de
lectores que tiene un periódico, mientras la difusión se refiere al número de
ejemplares que vende en kiosco o mediante suscripción.
Audiencia
y difusión no siempre caminan por sendas paralelas. Lo mismo que ingresos por
publicidad. Se podría decir que cuanto mayor es la audiencia de un medio, mayor
es su difusión y, por ende, mayor es su ingreso por publicidad. Se podría
decir, pero no es así en todos los casos. Motivo de otro artículo sería explicar las causas de por qué no es así.
Junto
con esta información se publica una tabla que viene a ser como una radiografía
actual de los medios de Andalucía. No se incluyen en la misma los periódicos de
difusión gratuita. La tabla recoge la audiencia de cada medio, la difusión y
los ingresos por publicidad, estos dos últimos datos referidos al mes de mayo de 2015,
y la audiencia, referida a la 2ª ola de 2015 del EGM.
Una
lectura entretenida de la tabla en cuestión nos ofrece datos para todos los
gustos y de lo más variopintos. Veamos unos ejemplos: Diario de Almería ha
multiplicado su audiencia por dos en un año, al pasar de tener 8.000 lectores
(véanse otros artículos publicados en este mismo medio) a tener 19.000. Su
difusión, sin embargo, continúa estancada por debajo de los 2.000 ejemplares. Y
en cuanto a sus ingresos publicitarios, es el segundo periódico de Andalucía
que menos ha ingresado por publicidad.
Otro
caso, que afecta también a otro diario del grupo Joly. Es en sentido inverso al
anterior. El Día de Córdoba tiene una pobre difusión de 1.096 ejemplares
diarios. Su audiencia también es pobre, 14.000 lectores, 2.000 menos que hace
un año. Sin embargo, sus ingresos por publicidad ascienden en el mes pasado a
140.743 euros, más que sus fraternales colegas almeriense, granadino y de la
bahía de Cádiz.
A
raíz de la serie de artículos que estos días se están publicando, bajo mi
firma, tanto en La Opinión
de Almería como en mi blog personal (www.emilioruiz.es),
en los que se intenta analizar la situación del momento de los diversos medios
escritos de Andalucía, algunos de éstos se han puesto en contacto conmigo para
manifestar su malestar por la forma en la que se trata la información referida
a su medio.
A
este respecto, estoy muy interesado en decir: Primero, que no estoy vinculado profesionalmente a ningún medio. Mis colaboraciones
periodísticas se publican en muy variados medios. Segundo, que soy consciente
de la necesidad de tratar con rigor estas informaciones, pues asumo la responsabilidad de ser el único autor que analiza en Andalucía la difusión, audiencia e ingresos por publicidad de sus periódicos. Y, tercero,
que, por esas dos circunstancias, intento realizar el trabajo con el máximo
rigor, marcando equidistancia con todos los medios y destacando de cada uno de
ellos los aspectos favorables pero también los desfavorables. Y tanto unos como otros, ajustados a la realidad.