Marta Rodríguez
Periodista
¿Tiene
nuestra Feria señas de identidad? ¿Conserva rasgos que se remonten a una
tradición antigua o, por el contrario, trata de emular a otras semanas grandes
de Andalucía? ¿Pueden sonar en una misma caseta unas sevillanas y el
Fandanguillo de Almería? ¿Y permanecer las banderitas rojiblancas junto a la de
Blas Infante? O lo que es lo mismo, ¿es posible ver bailar a una joven vestida
de flamenca con otra que luzca la indumentaria tradicional almeriense?
En
busca de respuestas para estas preguntas, hemos consultado a cuatro almerienses de los
pies a la cabeza: la novelista y arquitecto técnico Mar de los Ríos, el
licenciado en Economía y Derecho que ha desempeñado diversos cargos en el
sector público local y escritor Pedro Asensio, el autor de la guía
Almería con otra mirada y presidente de la Asociación Acción
por Almería, Jesús Muñoz, y el periodista y cronista de la ciudad
Eduardo del Pino Vicente.
Los Gigantes y Cabezudos de antaño |
A
juicio de este último, a Almería le ha pasado con su Feria lo mismo que con su
Semana Santa y su Carnaval: a fuerza de copiar otras fiestas y seguir las modas
de turno, ha perdido sus señas de identidad. “Un ejemplo son los gigantes y
cabezudos, muy habituales en los años 60 y 70 y que hoy, pese a mantenerse, no
tienen nada que ver. Los de entonces formaban una gran comparsa que hizo el
artista almeriense Robles Cabrera y estaban muy arraigados en la sociedad. Pero
todo eso se perdió, como pasa aquí: cuando las cosas se hacen viejas, se tiran.
Ahora los gigantes y cabezudos que desfilan por la ciudad vienen de una fábrica
de Zaragoza y están repartidos por todos los pueblos de España”, apunta.
"En el Puerto y el Parque Nicolás Salmerón se celebraban las Ferias más bonitas a las que he asistido de niña y joven" (Mar de los Ríos)
A
esta tradición si no perdida sí desvirtuada, Mar de los Ríos añade otra: los
juegos florales que se desarrollaban entre finales del siglo XIX y
principios del XX y que eran una especie de olimpiada poética oral. “También me
gustaría escuchar más música clásica y tradicional por las calles y plazas en
Feria de la mano de las bandas municipales de los pueblos y barrios de nuestra
provincia, que las hay y muy buenas”, subraya.
Tal
y como sostienen los entrevistados, los distintos cambios de recinto han
contribuido a que la semana grande de Almería se aleje de sus raíces. “En el
Puerto y el Parque Nicolás Salmerón se celebraban las Ferias más bonitas a las
que he asistido de niña y joven; allí había una continuidad con la ciudad que
no se ha vuelto a producir con las distintas ubicaciones. Almería necesita
recuperar ese espacio”, expresa la novelista.
"Se debería comenzar reconociendo el fracaso del modelo actual y dudo que ningún político sea capaz de hacerlo" (Jesús Muñoz)
En
este sentido, Jesús Muñoz considera que el Ferial de la Vega de Acá no termina de
funcionar. “Los almerienses somos levantinos y nos gusta fusionar la diversión
y la calle, enlatarnos en un recinto únicamente ha conseguido que la
ciudadanía lo vea como algo lejano y externo. Reconozco que veo muy complicada
la recuperación de una Feria más almeriense y participativa, puesto que se
debería comenzar reconociendo el fracaso del modelo actual y dudo que ningún
político sea capaz de hacerlo”, valora.
"La dualidad Feria de la Noche-Feria del Mediodía (una copia de lo que inventaron en Málaga) no ayuda" (Pedro Asensio)
Pedro
Asensio va más allá y opina que la dualidad Feria de la Noche-Feria del
Mediodía (“una copia de lo que inventaron en Málaga”) no ayuda. “Hay que
reconducir la programación para que durante el día el centro de la ciudad se
potencie en el ámbito artístico, folclórico y gastronómico, y hablo de cocina
de calidad, no tapas cutres servidas en plástico. Esa imagen desbocada y a
veces sórdida que ofrece la capital no es la Feria con mayúsculas que nos merecemos”,
denuncia.
Además
de señalar problemas, las fuentes consultadas proponen soluciones. Así, Muñoz
explica que lo que necesita la
Feria es mirarse a sí misma y estudiar cómo recuperar su
esencia. “Aquí la administración local tiene una labor muy importante; hacen
falta hechos y contundentes, un par de guiños no son suficientes para andar el
camino perdido”.
“Como
almeriense, miro hacia otras zonas de España y aprecio que celebran sus
fiestas destacando las costumbres y tradiciones autóctonas: las músicas que
escuchaban y bailaban sus antepasados. La gente se viste (no se disfraza) como
hacían varios siglos atrás: para testimoniar y honrar la cultura y las
tradiciones de su tierra. Eso es lo que quiero para mi Almería: no
tenemos que copiar, sino recuperar lo que la historia y sus gentes nos han
legado”, concluye Asensio.