Pedro M. de la Cruz
Director de La Voz de Almería
El septiembre electoral está marcado con el símbolo de la incertidumbre. La
sospecha para algunos se presenta tan despejada que tienen, como Antonio Gala
en uno de sus Sonetos de la
Zubia , “tanto miedo a la respuesta que prefieren la duda a
la certeza”. PP y PSOE no han decidido aún quiénes serán los elegidos para el
Congreso y el Senado; más al fondo, a la izquierda, el contradictorio
asamblearismo leninista perfila una situación aún más compleja. Una complejidad
compartida por todos y a la que es preciso acercarse partido a partido.
La Voz de hoy |
Comencemos hoy por el Partido Popular. De los diez representantes que los
almerienses elegirán en diciembre para Madrid, sólo tres y los tres del PP -Rafael Hernando, Juan José Matarí y Luis Rogelio- tienen la candidatura
asegurada. Todos los demás nombres están en el aire. Nadie de los que están o
aspiran a estar en el Congreso o en el Senado ha realizado ningún movimiento
externo hasta ahora, pero en la dirección de los dos grandes partidos sí se han
comenzado a barajar nombres; sobre todo de quienes no repetirán.
En el PP nadie
apunta con certeza quien será la numero tres para la cámara baja. Hernando es
nombre seguro para liderar la candidatura. Su posición de portavoz del grupo
parlamentario le avala. Almería nunca tuvo una representante tan cercano a la
cúpula del poder del PP como Hernando y, al margen de que lo obtenido hasta
ahora de los Presupuestos del Estado para la alta velocidad en la provincia no
satisface a nadie (al PP tampoco), el tiempo desvelará los desencuentros del
diputado almeriense con la ministra Pastor y la gerencia de ADIF por tan
importante motivo.
Pero si Hernando tiene en su portavocía el mejor aval,
también tiene el mayor inconveniente. Él quiere repetir por Almería, pero ¿y
Rajoy? La voz del partido en el Congreso es tan importante en la estructura
parlamentaria y mediática que no es descartable que la dirección le pudiera
situar en un puesto privilegiado de la candidatura por Madrid. Si así sucediera
(lo que es posible, aunque no probable), el PP podría pensar en otro candidato.
¿Pero quién? Matarí no aspira al puesto; Amat nunca lo tuvo ni lo tendrá en sus
previsiones. Los populares no cuentan con ninguna figura emergente que alguien
haya proyectado para jugar esa baza si se produce. Habría que buscarlo.
El
tiempo desvelará la duda, aunque la apuesta de Hernando y por Hernando es la
más segura. Al final -y como en todo y no lo escribo en tono elogioso- decidirá
Rajoy y nunca será antes de las endiabladas catalanas del 27 S.
"En cuanto al Senado la continuidad de Luis Rogelio está asegurada, más que asegurada. Nadie la discute. Como son pocos los que discuten a Eugenio Gonzálvez"
En cuanto al
Senado la continuidad de Luis Rogelio está asegurada, más que asegurada. Nadie
la discute. Como son pocos los que discuten a Eugenio Gonzálvez. El
inconveniente surge o inevitablemente surgirá cuando en el congreso nacional
del partido se apruebe la propuesta de que un hombre / un cargo. Los dos son
alcaldes y la incompatiblidad sería, por tanto, una realidad que les obligaría
a elegir.
Luis Rogelio lo tiene claro. Ya ha hecho pública su decisión
(personal y no condicionada por nadie) de no volver a presentarse a la alcaldía. Si el PP
aprueba la incompatibilidad adelantará la decisión y hasta es posible que opte
por cruzar el río en un puente construido por él antes de llegar al puente
estatutario. Claro que, si esto sucede (y sucederá antes o después), se abre
otro interrogante: ¿Quién le sustituye en la alcaldía ?
Todos los
caminos conducen a Ramón Fernández-Pacheco. Su posición en el organigrama del
poder municipal le sitúa en un lugar privilegiado. Cuenta con el apoyo de Luis
Rogelio –él lo ha situado en el puesto en el que está- y también de Gabriel
Amat. No genera aristas y, por biología, tampoco las arrastra. Está, por tanto,
en una posición privilegiada. En política el inconveniente es siempre que un
pretérito neutro y un presente privilegiado no te garantizan un futuro
perfecto. Un error puede acabar con cien aciertos y el tiempo y el ejercicio
del poder los propicia.
La sombra de la duda en Gonzálvez es más alargada. La Alcaldía le ha reportado
y le reporta las mayores satisfacciones. Es un alcalde encantado de continuar
siéndolo, se siente querido por sus vecinos y por su partido y en el laberinto
que se aproxima nadie, ni él mismo, está seguro de la dirección que puede
elegir. Habrá que esperar. Machín en su Corazón Loco cantaba que era posible
querer dos mujeres a la vez y no estar loco. Pero la política no entiende de
boleros y en el que ahora se empieza a bailar en el PP casi nadie sabe quién y
con quién lo terminará bailando. Y son varios los que aspiran a continuar o a
salir a la pista.