Movilización ciudadana en Andalucía contra el Impuesto de Sucesiones

Emilio Ruiz

Se está produciendo estos días una intensa campaña de recogida de firmas, a través de la plataforma Change.org, para solicitar a la Junta de Andalucía la supresión o bonificación íntegra del Impuesto de Sucesiones. “Nuestros padres fallecen –dicen los promotores- y, según la Ley del Impuesto de Sucesiones, la Junta de Andalucía nos cobra a sus herederos aproximadamente el 40 % del valor de la vivienda, y, por no tener posibilidades económicas, habría que malvender la casa o renunciar a dicha herencia”. “No es justo”, añaden, “que después del esfuerzo de nuestros padres y haber tributado con creces por su casa con otros impuestos (Plusvalías, IBI, etc.), es decir, doble tributación, no revierta en sus hijos”.

A veces la herencia
es un problema
Durante el año pasado 478 almerienses renunciaron a su herencia. En los últimos siete años las renuncias a en Andalucía han pasado de 1.417 a 5.978. La razón está principalmente en los elevados impuestos que cobra nuestra administración autonómica. Mientras en Andalucía se castiga a los herederos, la mayoría de comunidades autónomas han establecido bonificaciones que reducen el impuesto hasta dejarlo en casi inexistente.

En Andalucía, los bienes que recibe cada heredero están exentos del Impuesto de Sucesiones si el valor de lo heredado no supera los 175.000 euros. Todo lo que pase de esa cifra coloca a Andalucía como la comunidad con el impuesto de sucesiones más caro. “Es una doble tributación clarísima, porque se está penalizando un patrimonio que pertenece a la familia y que quien lo ganase en su día ya pagó los impuestos correspondientes por él”, explica el abogado Álvaro Villar, de la consultora UHY Fay & Co.

 “En una herencia de 800.000 euros, un andaluz pagaría 164.049 euros, mientras un gallego pagaría 55.180 euros y un madrileño, tan solo 1.585 euros. Mayor disparate es imposible”
Para ilustrar esta diferencia de tributación entre comunidades, el Consejo General de Economistas ha puesto un ejemplo. Se trata de un joven de 30 años que acaba de recibir una herencia de 800.000 euros de su padre, de los cuales 200.000 corresponden al valor de la vivienda del fallecido. Si es andaluz tendría que pagar 164.049 euros. Si es gallego pagaría tres veces menos, 55.180 euros. Y si fuera de Madrid la cantidad descendería a los 1.585 euros. Mayor disparate es imposible.

El acuerdo de investidura firmado por el PSOE y Ciudadanos en Andalucía recoge una disminución progresiva del gravamen del Impuesto sobre Sucesiones. Juan Marín, el líder andaluz de C´s, lo tiene claro: “No es lo mismo tener que pagar el Impuesto de Sucesiones en Andalucía que en Valencia, Madrid o Baleares. Por eso hay quienes optan incluso por establecer su residencia en una comunidad autónoma vecina para que, cuando fallezca, la mayor parte de sus bienes no se la quede el Estado”. Es lo que se conoce como “emigración fiscal”, que muchos andaluces ya practican.

El Partido Popular va a aprovechar el debate de los presupuestos de Andalucía para plantear una rebaja de dos puntos en el tramo autonómico del IRPF y la eliminación progresiva del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. C’s, por su parte, ya ha anunciado que no apoyará los presupuestos de 2016 si no se empiezan a rebajar estos tributos. El PSOE también llevaba en su programa electoral el descenso del IRPF y Sucesiones. Pero, al menos hasta hoy, aún no ha aclarado si ese compromiso surtirá efectos con el estreno del año.