Emilio
Ruiz
Los
Gobiernos, todos, tienen tendencia a abusar de los decretos ley para no tener
que enfrentarse a la ‘farragosa’ tarea de las tramitaciones parlamentarias.
Cuando se tiene mayoría absoluta, propia o pactada, la convalidación de un
decreto no tiene mayor inconveniente. Cuando no se tiene esa mayoría es cuando
a veces surgen los problemas.
El Parlamento tumba el decreto de funcionarios |
En
pleno agosto, la Junta
de Andalucía ha aprobado un decreto ley para reconocer la antigüedad de los
trabajadores interinos a la hora de ascensos y concursos de traslados. De esa
forma, los funcionarios interinos y los fijos tendrían la misma puntuación
por la experiencia adquirida en sus puestos de trabajo.
La
medida en sí es buena y llevaba la bendición de la mayoría de los sindicatos.
Pero el Gobierno andaluz ‘olvidó’ un pequeño detalle: no eran los sindicatos
quienes tenían que hacerla posible, sino el Parlamento. El decreto recibió
calabazas: 46 votos a favor (PSOE), 48 en contra (PP y Podemos) y 12
abstenciones (C’ s e IU).
“Hasta ahora, ningún decreto ley del Gobierno andaluz había dejado de ser convalidado por el Parlamento”
La
medida beneficiaba a 23.000 funcionarios, que ahora sufren las consecuencias
del desacuerdo. Comisiones Obreras ha puesto el grito en el cielo y proclama
que “el personal funcionario vuelve a pagar los errores de la Administración y
las nefastas consecuencias de la política de rencores en el Parlamento
andaluz”. Culpa directamente a PP y
Podemos. “Es incomprensible –dice - la hipocresía del Partido Popular, que
apoya el reconocimiento de estos derechos en el resto de comunidades autónomas
y, sin embargo, en Andalucía, se ceba con el personal funcionario”.
El
PP-A ha anunciado que presentará su propia proposición de ley. Podemos, por su
parte, está recibiendo muchas críticas
por haber tumbado un decreto que apoyaba USTEA, su sindicato amigo, en el que
además milita su secretaria general de Andalucía. Teresa Rodríguez, para huir
de la quema, se ha sacado de la manga una propuesta de urgencia que no es otra
cosa que una mala copia de lo que no ha querido convalidar.
"Podemos está recibiendo muchas críticas por haber tumbado un decreto que apoyaba USTEA, su sindicato amigo"
Los
decretos ley fueron creados para situaciones excepcionales. Pero los Gobiernos
–insisto, todos- hacen uso y abuso de ellos de una forma descarada. Hasta
ahora, ningún decreto ley del Gobierno andaluz había dejado de ser convalidado
por el Parlamento. Alguna vez tenía que ser la primera.
Lo
que ha pasado con este episodio debe servir para tres cosas. La primera, para
que se sepa de una vez que el decreto ley es una figura excepcional para casos
urgentes. La segunda, que el PSOE debe asumir de una vez que no tiene mayoría
absoluta, y esa situación requiere un diálogo y un consenso que no se suplen
con la bondad de un decreto. También debe servir para una tercera cosa: para
que los grupos de la oposición desprecien cualquier deseo de reproducir aquella
fatídica pinza de hace un par de décadas. Antes que sucumbir a la tentación de
gobernar desde el Parlamento lo que hay que hacer es poner encima de la mesa
una mayoría parlamentaria capaz de formar un nuevo Gobierno.