Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista
Un
alcalde para asesorar y dirigir al Instituto de Estudios Almerienses (IEA).
Efectivamente, el alcalde de Canjáyar, Francisco Alonso, es la persona
responsable de dirigir al IEA, aunque este concepto de dirección ha quedado
diluido. En realidad, ya no hay director del Instituto. El alcalde ha quedado
adscrito al Área de Cultura de la
Diputación para asesorar al IEA. Y todo esto sin que los
miembros del Instituto hayan sido consultados ni hayan podido opinar.
La
opinión de los técnicos (funcionarios) de la Diputación , destinados
al IEA, pero que no son miembros del Instituto, es lo que se ha impuesto. Y sus
opiniones, que conozco y de las que discrepo abiertamente, han servido sobre
todo para cambiar de rumbo la orientación cultural del Instituto, incumpliendo
los Estatutos.
"Cuando el IEA se fundó, el área de Cultura tenía su programación de actividades en los pueblos. Y el IEA, a lo suyo, independiente del Área de Cultura"
Según
el artículo 1 de los Estatutos, “El Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial
de Almería (IEA) es un Centro de Estudios Locales que, mediante el estudio, la
defensa, investigación y difusión de la cultura almeriense, tiene como fin
propiciar y fomentar el desarrollo científico, cultural, artístico y
socioeconómico de la
Provincia de Almería”.
Es
un texto que fue ajustado en 2007, en una revisión de los Estatutos. Cumplir
esta exigencia es bastante complejo, a tenor de la fórmula que se ha impuesto
al IEA, teniendo en cuenta que la misión impuesta al Instituto es organizar
actividades culturales en los pequeños pueblos de la provincia. Es el criterio
en marcha, sin contar nunca con los miembros del IEA. Y a eso hay que añadir el
gran error que fue eliminar las juntas de departamento, en la etapa del IEA que
fue dirigida por el profesor Valeriano Sánchez Ramos.
Tras
los cuatro años de Rafael Leopoldo Aguilera, como director del IEA, no exento
de polémicas, el Instituto consolida su vinculación al Área de Cultura. De
hecho, en la anterior corporación, la diputada de Cultura tuvo sobre el IEA
bastante influencia, una dimensión que todo apunta va a aumentar en esta etapa.
Y además, con un alcalde al frente que va a compatibilizar el gobierno del
Ayuntamiento de Canjáyar con la dirección del Instituto.
Cuando
el IEA se fundó, el área de Cultura tenía su programación de actividades en los
pueblos de la provincia. Y el IEA, a lo suyo, independiente del Área de
Cultura. Durante la anterior corporación, también presidida por Gabriel Amat
(PP), hubo reuniones con técnicos de la Diputación para tratar sobre los entes autónomos.
De hecho algunos de esos entes fueron absorbidos y desaparecieron. El IEA se
salvó de momento.
La
opinión de los técnicos del IEA que, reitero, no son miembros del Instituto,
fue imponer que el Instituto se tiene que dedicar a los pueblos y punto. Esa
línea ya se estuvo aplicando en los cuatro últimos años. Y ahora, se va a
intensificar. Me pregunto por qué no han nombrado director del IEA al técnico
que más destaca con sus criterios en contra de la línea fundacional del IEA.
Aplicar
una nueva dimensión al IEA exige cambiar los Estatutos. Y eso sólo puede
hacerse convocando el pleno del Instituto para que sean sus miembros los que
estudien, debatan y propongan nuevos estatutos, que tendrían que ser sometidos
posteriormente a la aprobación del pleno de la Diputación.
De
momento, tal como están las cosas, el IEA difícilmente puede “fomentar el
desarrollo científico, cultural, artístico y socio-económico”. De seguir así,
está condenado a desaparecer, si no es éste el objetivo marcado por el Gobierno
de la Diputación. Y
si no, al tiempo.