El polvo que nos mata poco a poco

Alejandro Reyes Domene
Promotor cultural

Comparto la queja unánime de mis vecinos, ya denunciada muchas veces y desde hace tiempo en medios locales y televisión autónoma. De todos es conocido y más a los que vivimos en la zona, cercanías  del Puerto de Almería, los serios problemas que nos está causando el polvo que nos trae el viento de poniente, que termina siendo una nebulosa blanca que no se ve, de los minerales a granel, que descargan los camiones al aire libre sin depositarlos en naves ni sacos, en los andenes de los muelles de Poniente y Pechina,  porque aparte de ensuciarnos nuestras casas depositándose de forma constante,  para lo que toda limpieza siempre  es poca, creo observar y no exagero,  que nos están matando poco a poco.

¿Es lo que queremos?
Compruebo los numerosos problemas respiratorios de mis vecinos, como rinitis (yo mismo tengo el certificado médico), alergias , asma, bronquitis, necesidad de oxígeno hasta en jóvenes,  conjuntivitis de ojos, incluso bebés con aerosoles,  etc.

La Autoridad Portuaria se podrá sentir orgullosa de haber conseguido un récord comercial del Puerto, pero no debe  ser a costa de los vecinos que vivimos a su  alrededor, porque va en contra de nuestro bienestar y salud cada vez de forma más alarmante por el aumento constante de minerales a granel a cielo abierto.

Hay que resolver ya en serio este importante problema, que  viene desde hace tiempo, y sobre todo los que estamos siendo perjudicados,  seguir en la lucha con fuerza y unidos,  con las denuncias y quejas  que sean necesarias y quizás manifestarlo además en la calle con concentraciones de manera pacífica y otros actos.

¡Bastaría con fijarse  por la noche, por poner unos ejemplos, cómo están las cubiertas de los coches aparcados en las calles o como se quedan cuando llueve! ¿O qué nos pasa con los labios que se nos secan, con la sensación  que nos hubiéramos echado polvos de talco y tenemos que enjuagarlos?

El yeso que viene a mansalva de Sorbas, cuando lo descargan y cargan en las bodegas de los barcos con las grúas o palas levantan una nube blanca tan espectacular que parece desde la distancia niebla espesa e incluso desde lejos, Parque Nicolás Salmerón, hasta asusta cuando se adentra en la ciudad. Yahora, por si fuera poco, nos amenazan con traer también  el mineral de hierro de Alquife.

"¿Hasta cuándo la Consejería  y la Concejalía de Medio Ambiente van a taparse la vista y hacer oídos sordos? ¿Y Sanidad?"

El medidor para partículas nocivas en el aire más cerca está en los jardines del centro comercial Carrefur,  que debería transmitirlo a la pantalla de Federico García Lorca, puerta de cafetería Colombia y no funciona la mayoría de las veces. ¿Cómo tan lejos?

¿Hasta cuándo las Consejería  y la Concejalía de Medio Ambiente van a taparse la vista y hacer oídos sordos? ¿Y Sanidad? ¿Cómo la Autoridad Portuaria de Almería se calla, alegando que los días de máximo de partículas no llega al nivel prohibido?  ¿Y el resto?

Soy de los que le  gustan el viento y su silbar, pero no cargado de partículas de minerales que ensuncian permanentemente nuestras casas y ropas  y nos lo tragamos inconsciente y permanentemente todos los días obturando  los  pulmones. Pobres pájaros, que pocos quedan ya, porque a  la vez está desapareciendo toda la fauna autóctona.

¿Y las asociaciones ecologistas y los partidos políticos que nos representan  no tienen nada que decir?