Antonio Torres
Director de Canal Sur en Almería
En su hasta luego lo dijo conteniendo las emociones:
“No hace falta poner en un contrato que volveré”. Para el Almería ha sido un
jugador irrepetible, una seña de identidad, Escudo de Oro de Almería. Pese a la
periferia y el centralismo, se puede medir a los grandes deportistas.
Entra en la memoria de los que han dejado estela, aquí, como el
internacional Biosca, el añorado Juan Rojas y los más recientes Francisco,
Ortiz y el mañico Fernando Soriano, que de golpe y porrazo se queda con
el patrimonio de la memoria reciente.
Un día tuve el privilegio de mostrar a Corona mis
rincones favoritos y en Los Gallardos me dijo: ”Cada uno tenemos un lugar y un
momento. El mío es Almería”. Ahora su sitio se traslada a una ciudad de
Australia de más de dos millones de habitantes para jugar en el
Brisbane Roar Football Club, con quien debutará el 8 de octubre.
Corona, con Antonio Torres |
Respeto y admiración para un grande, una persona
irrepetible que no pierde ideales. No me refiero a sus cualidades de
futbolista, el cerebro o el guante que tiene en pies de seda. Nada de
tópicos. Cierra una época y se pierde una seña de identidad, admirado por los
que aman el fútbol creativo. Suerte para Miguel Ángel García Pérez-Roldán
“Corona” (Talavera de la Reina, 1981), hijo de un empleado de una entidad de
ahorros y de una mujer que todos los días lo llevaba a entrenar con los
infantiles del Real Madrid cuando era un mocoso.
Corona responde al apodo del abuelo que era cartero en
Talavera y sus barriadas, como este periodista, hijo de cartero rural.
Casado con la letrada de Olula del Río Silvia y padres de la pequeña Carla. Ha
sido durante los últimos años capitán de la UD Almería. Ha vivido los
mejores años del fútbol en Almería bajo la presidencia Alfonso García,
empresario que no estuvo en la despedida tan millonaria en emociones y afectos.
En su palmarés destaca la Copa del Rey conseguida con
el Real Zaragoza, dos ascensos con el Almería, equipo con el que ha disputado
315 partidos. Es el campeón del “fair play”. Le concedieron el Premio
Juego Limpio que concede anualmente la Liga de Fútbol Profesional. Sus amigos
de Almería confiamos en verlo dentro de unos años dirigiendo un bufete de
abogados, presidiendo el club o siendo el alcalde de Almería por el carisma y
afectos de persona capaz, con un sentido común por encima de la media.
Dicen que el brazalete de capitán lo
portan los que saben estar, dentro y fuera del campo;
que los galones no se ganan con la antigüedad, sino con la experiencia; que la
capitanía es una responsabilidad y no un estatus. Ha sido el faro que ha
iluminado a sus compañeros, otorgó estabilidad al vestuario en los peores
momentos de motines contra entrenadores, modelo dentro y fuera del campo.
Desde el césped, con su visión para distribuir juego,
el estilismo y la capacidad para suministrar pases certeros, se le ha visto con
un nivel alto, de persona inteligente. Desde fuera del campo, en el
vestuario, donde se juegan los partidos psicológicos, los más difíciles.
Llorando con dos ascensos con su gol ante la Ponferradina en el Mediterráneo y
llorando con dos descensos, pero sobre todo animando a sus compañeros, dando
instrucciones, aportando ese talante necesario en cada momento y tirando de las
orejas al jugador subido de humos.
"Es una persona especial que se merece lo mejor y que contesta a los rencorosos y envidiosos derrochando generosidad"
Porque es su humildad la que contagió el vestuario
como único camino al éxito. Su excompañero Verza, ahora en el
Levante de Lucas Alcaraz, le explicó a Amérigo, de Canal Sur, que se conforma
con un nuevo capitán que por lo menos tenga la mitad de virtudes del
talaverano. “La afición lo adora. Lo acogió como jugador franquicia, como
identidad unionista, como orgullo deportivo almeriense”, apunta el lúcido
Ángel Roldán. Corona, antes y después de su paso por la Universidad, sabe
escuchar antes de hablar. Nada ególatra.
Lee, escucha música y sobre todo pertenece a la gente
que mira más allá del resultado del equipo. Inteligente y humilde para ponerse
en el lugar del otro. Es una persona especial que se merece lo mejor y que
contesta a los rencorosos y envidiosos derrochando generosidad. Hasta
luego, amigo.