José F. Gallardo
Coordinador Provincial de Juventud de IU Almería
De todos es sabido que los cimientos de una sociedad se construyen sobre las
ruinas de la anterior. Esto, que ha sido un práctica habitual a lo largo de las
historia por parte de cualquier civilización, comienza a frenarse con la
aparición del concepto de patrimonio. O lo que es lo mismo, cuando comenzamos a
darnos cuenta de que los restos del pasado tienen un valor propio e
intransferible. Algo que debe ser conservado. Sin entrar en mayores matices, el
pasado nos enseña nuestra historia y nos enseña cómo se vivía antes, en qué
hemos mejorado y en qué hemos empeorado.
Edificio Puerto Rico |
Por eso,
cuando esta semana se ha hecho pública la noticia de que se está echando abajo
el edificio del Puerto Rico, creo que es necesario que caigamos en la cuenta de
que ésta no es la primera agresión que sufre el patrimonio almeriense. La
modernidad, como tal, no es ni peor ni mejor que cualquier otra forma de
entender la sociedad. El problema surge cuando se cree, desde distintos
sectores, que para abrir paso a ella, a la modernidad, todo lo anterior está de
más, sobra.
Un ejemplo es el edificio que se encuentra en la convergencia entre
Rambla Obispo Orberá y el Paseo de Almería. Así como la Puerta Purchena en
general. Todas estas remodelaciones dan cuenta de lo poco que importa a ciertos
sectores el patrimonio almeriense. Curiosamente estos sectores los que luego se
cuelgan la medallita del “almeriensismo”. Los que quieren hacer patria
almeriense a fuerza de excavadora y cizalla.
Uno puede
pasearse por nuestra ciudad y ver en qué estado se encuentran las casas
tradicionales, las que quedan. La casa tradicional de puerta y ventana es una
especie a extinguir a expensas de una concepción del espacio y el urbanismo que
sólo sabe devorar lo que toca. Y aunque los tiempos no vayan con este tipo de
edificaciones, puesto que suelen ser de una planta, podrían rehabilitarse y
reconvertirse para albergar algún fin social o cultural. O simplemente podrían
volver a habitarse mediante un plan social de vivienda. Por dar algunas
soluciones para evitar la pérdida de nuestro patrimonio.
Pero además,
y centrándome de nuevo en el problema del edificio del Puerto Rico, estamos
hablando de un edificio considerado BIC (Bien de Interés Cultural). Es decir,
estamos hablando de un edificio que se ha considerado como propio de la ciudad
de Almería, como algo que debe conservarse y cuidarse dado que ejemplifica
nuestro pasado. ¿No había posibilidad de rehabilitarlo y ampliarlo?, ¿no había
ni una sola posibilidad de volver a ponerlo en funcionamiento?, ¿sólo era
viable su demolición? Porque no es una actuación aislada. Hay que recordar que
el Toblerone fue destruido también, y era un edificio emblemático de nuestra
ciudad, y uno de los pocos edificios que se conservaban del pasado industrial de
nuestra provincia.
Si hacemos
desaparecer nuestro pasado, ¿qué nos quedará?, ¿qué señalaremos como
propiamente almeriense?, ¿qué podremos enseñar? Hay que recordar también que
nuestra provincia recibe a una inmensa cantidad de turistas. Cuando vengan este
año, habrá un edificio propiamente almeriense menos que enseñarles, pero a
cambio tendremos una bonita cicatriz moderna en su lugar.