Emilio
Ruiz
Parecía
que la sentencia del Tribunal Supremo, de fecha 9 de mayo de 2013, suponía el
principio del fin: tres entidades financieras -BBVA, Caixagalicia (hoy Abanca)
y Cajamar- fueron obligadas a devolver las cantidades cobradas por las
cláusulas suelo de sus hipotecas.
Afortunadamente para ellas, no con efectos retroactivos, sino con efectos de la
fecha de la sentencia. A partir de entonces estas entidades y otras dejaron de
aplicar las cláusulas suelo en sus nuevos contratos. La sentencia dictaba el
camino a seguir por el resto de la banca. Pero ahora, la Comisión Europea
defiende que la eliminación de la cláusulas suelo debe tener efectos
retroactivos, y por tanto, los bancos deben devolver a los clientes todo lo
cobrado de más desde el mismo día de la firma de la hipoteca. Las cláusulas
suelo empezaron a aplicarse en 2009.
Una reivindicación permante |
La Abogacía
del Estado, en un informe remitido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea el
pasado 24 de septiembre, piensa que esta retroactividad es improcedente. Apela
a la buena fe de las entidades y sostiene que la inclusión de los suelos en los
contratos a interés variable responde a razones objetivas. Los abogados hacen
referencia a un informe del Banco de España en el que se afirma que la
finalidad de la fijación del tope mínimo responde a la necesidad de mantener un
rendimiento mínimo de los préstamos hipotecarios que permita a las entidades de
crédito resarcirse de los constes de producción y mantenimiento de esas
financiaciones. Será ahora el Tribunal de Justicia de la UE quien resuelva si la
sentencia del Supremo se ajusta o no a la directiva comunitaria.
Aunque
el tema excede el ámbito regional, la Dirección General
de Consumo de la Junta
de Andalucía, dependiente de la
Consejería de Salud, ha tomado parte en el asunto: “El
criterio europeo –dice la directora general de Consumo, Inmaculada Durán- es lo
más correcto por ser la medida más protectora y beneficiosa para la persona
consumidora, pero mantenemos la atención en lo que sigan diciendo los
tribunales”.
La
aplicación de la retroactividad de la nulidad de todas las cláusulas suelo, si
finalmente hubiera que llevarla a cabo, supondría un duro golpe para la
estabilidad de algunas entidades financieras, principalmente para las más
pequeñas. En Andalucía, las dos únicas entidades medianas que nos quedan son
Unicaja y Cajamar. Se habla de una cifra global en España de 12.000 millones de
euros, teniendo en cuenta que hay unos dos millones de hipotecas con suelos. Los
bancos más afectados son Unicaja, Liberbank, Ibercaja, BMN, Sabadell y Popular,
que tendrían que devolver todo lo cobrado de más hasta hoy, pero en el caso de
que al final se falle a favor de la retroactividad de las cláusulas suelo
consideradas nulas o mal vendidas, BBVA, Novacaixagalicia y Cajamar se verían también
afectadas por el periodo 2009-2013.