Juan
Torrijos
Periodista
Dicen
los entendidos en derecho jurídico que esta anulación puede llevar aparejada en
un futuro la desimputación del político almeriense en la causa de los famosos
ERE, donde aparece en el número veintiséis de la lista dada últimamente a
conocer, tras los ex-presidentes de la
Junta , Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Martín Soler |
Uno se alegra de
la anulación de la fianza a Martín Soler, y le gustaría conocer cuanto antes el
final que le espera al paisano en la macro causa andaluza. No es agradable
llegar a la conclusión de que hemos estado gobernados por presuntos chorizos, y
hasta ahora así lo parecía. Si ello cambia, y nos gustaría que así fuera, lo
deseable es que se conociera cuanto antes. A ser posible hoy y no esperar a
mañana. Especialmente por los protagonistas, y en el plural entran todos los
miembros de una familia que vienen viviendo la incertidumbre de una justicia
que no comprendemos en la gran mayoría de sus lentos y cambiantes movimientos.
(¿Se acuerdan que el pasado verano, estamos cerca de la estación invernal, se
nos dijo que en septiembre el Tribunal Supremo daría a conocer su fallo sobre el
Algarrobico?. Todavía lo seguimos esperando. Llegará, claro que llegará, pero
para entonces ¿dónde estaremos algunos?).
"No se puede tener a una familia bajo la fianza millonaria de una causa y que tras unos años de presión social y jurídica vengan y te digan que te levantan la fianza"
No se puede tener a la gente
aplastada bajo la bota de la
Justicia años y años. No se puede tener a una familia bajo la
fianza millonaria de una causa y que tras unos años de presión social y
jurídica vengan y te digan que te levantan la fianza. Alguien tendría que
decirles a esos jueces que esa fianza ha supuesto embargos, gastos,
depresiones, sufrimientos, silencios y alejamientos. Si se es culpable que se
pague ante la Justicia. Y
si no lo eres, si ahora te dicen que te levantan la fianza ¿a quién se le hace
responsable de todo lo vivido?
Yo me pongo en la piel de Martín Soler y qué
pena no vivir en el lejano oeste. ¡Saca! Si un político mete la mano (o la
pata) en el ejercicio de su trabajo, que pague con todo el rigor de la ley y
todos los agravantes que se le puedan sumar, por algo tienen el deber y la
obligación de dar ejemplo como representantes de los ciudadanos que son; pero
lo que no debemos es tenerlos bajo la bota de una justicia que se vuelve
injusta cuando los indicios no son todo lo claro que debieran y el tiempo va
dilatando la instrucción del sumario.