Pesadilla en El Cañarete

Rosa Maldonado
Periodista

Anoche recibí por whatsapp la imagen que ilustra este artículo y no pude más que reírme. Y digo reírme por no llorar porque es lamentable que vivamos en una provincia como es Almería donde cualquier cosa un poco fuera de lo común se convierte en un mundo. Hace escasamente dos semanas me quejaba abiertamente de los problemas de comunicación que teníamos con el 'tracto-tren' pero es que hoy mis quejas (que son las de miles de usuarios a los que pongo voz) van mucho más allá.

Un poco de humor

Con el temido cambio climático cada vez con más asiduidad sufrimos lluvias torrenciales que dejan calles, caminos y carreteras anegadas. Pero, ojo, no hace falta que llueva demasiado para que las calles parezcan ríos y haya que sacar la barca hinchable, ya que tenemos unos imbornales que no tragan ni pa' trás. Se mascaba la 'tragedia'... Y llegó. Llegó hace una semana cuando las fuertes lluvias provocaron el desprendimiento de la ladera de la montaña del conocido El Cañarete lo que ha conllevado su cierre al tráfico hasta que se restaure la seguridad.

Hasta aquí pensarán que es normal, ¿no? 'Güeeee', craso error. El cierre de El Cañarete, la falta de vías secundarias alternativas, la olvidada variante de Roquetas y un sinfín más de despropósitos y promesas electorales caídas en el olvido de la mejora de infraestructuras (unos tras otros) está provocando que miles de personas nos veamos afectadas cada día con interminables atascos que, a su vez, están propiciando accidentes en cadena.

"¿Y qué más da que un trabajador del tres al cuarto (y con mucha honra) tarde en un trayecto habitual de 15 minutos más de 1 hora y 40 minutos?"

¿Y qué más da que un trabajador del tres al cuarto (y con mucha honra) tarde en un trayecto habitual de 15 minutos más de 1 hora y 40 minutos? No pasa nada porque los políticos ni quienes toman las decisiones importantes en esta provincia tienen horarios ni fecha en el calendario, los curritos de a pie somos los que tenemos que pagar nuevamente el pato.

Hace poco leía en los medios provinciales que se iban a buscar soluciones urgentes pero después de una semana la situación continúa igual o peor ante la desesperación de quienes transitan por la autovía del Mediterráneo.

Y yo me pregunto en voz alta, ¿hasta cuándo narices van a continuar riéndose de nosotros? Nos tenéis abocados a la desesperación porque vivimos en una provincia con infraestructuras deficientes y cada vez más tercermundistas con respecto a otros puntos del país.

Yo no sé cuál es la solución porque no soy Ingeniera de Caminos ni experta en Obras Públicas, pero lo que sí tengo claro es que El Cañarete lo arreglarán tarde, mal y nunca poniendo parches como de costumbre y con el perjuicio que eso conllevará a los ciudadanos que a diario transitamos por estas carreteras.

Como ciudadana, contribuyente y voz de muchos afectados exijo una solución inminente y no me importa si tienen que trabajar mañana, tarde y noche, fines de semana incluidos. ¡Si me lo van a cobrar igual en impuestos! Espabilen señores, que sus propuestas en papel mojado son pan para hoy y hambre para mañana. ¡Así no se puede!