Por Dios o por lo que más quiera, señor alcalde

David
Martinez Montoya

Domingo por la mañana. Puente en Almería. Visita de familiares, paseo por el centro, subida a la catedral, paseo por la almedina, tapas en una terraza... ¿Y cual es el comentario que más nos refieren? Pues se puede maginar: lo sucio que está todo y la cantidad de "deposiciones" caninas repartidas por las aceras, calzadas, trancos, poyetes y hasta en la misma escalera de subida a nuestro principal monumento y el más visitado.

'Por Dios, señor alcalde...'
No es la primera vez que me visitan familiares de fuera ni espero que la última a pesar de la guarrería en las calles, y oiga, que lo han hecho en verano, en feria, en puentes otoñales e invernales, etc., pero da igual, esta bendita ciudad siempre está igual, hecha una porquería y esa es la sensación que se llevan, aunque les regales el Indalo más bonito de recuerdo para su salón.

"Esta bendita ciudad siempre está igual, hecha una porquería, y esa es la sensación que se llevan los visitantes, aunque les regales de recuerdo el Indalo más bonito"

Y ya no hablo de las micciones de nuestras mascotas más fieles, que no dejan una farola, papelera, esquina y hasta el portal de mi edificio con un retinte negruzco y serpenteante que se impregna en la pituitaria nasal hasta el "sentío", porque me da un subidón que no me aguanto de lo que me entra por el cuerpo y, sobre todo, porque en definitiva la culpa es nuestra, de sus "civilizados" dueños.

Dicho esto y por esto mismo, si tengo la suerte de que nuestro nuevo y flamante alcalde lea esta humilde reflexión, desde aquí le pido, por favor, por Dios o por lo que más quiera, que debido a que al almeriense común no le gusta pisar orinas, esquivar minas, resbalarse con efluvios "restregaos", jugar a hacer montañas de basuras junto al contenedor vacío, en definitiva, aguantar el calvario de nuestras estrechas calles y losas adornadas con todo tipo de lindezas, se dé usted una vuelta un domingo por la mañana por los barrios humildes y cercanos al casco antiguo, como el mio.

Sea consciente en primera persona del panorama y aumente el canon de la limpieza hasta el máximo posible, que baldeen las calles las veces que hagan falta, que usen toda el agua jabonosa que sobra de "Briseis" y la gasten hasta que la losa del suelo huela a Tulipan Negro, que la policía local advierta a los que lo hacen mal, muy mal y que, por fin, a pesar de que algunos de nuestros conciudadanos se empeñan a fondo en lo contrario, Almería esté más limpia de una vez por todas, por nuestros turistas y por nosotros.