Mensaje de fin de año de Susana Díaz

Susana Díaz Pacheco
Presidenta de la Junta de Andalucía

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, pronunció anoche su mensaje de fin de año. Por las circunstancias que rodean la situación política española, reproducimos a continuación íntegramente su intervención:

He querido en esta ocasión felicitar el Año Nuevo desde una universidad pública porque acoge lo mejor de nuestra sociedad, nuestros jóvenes. La elección de este rectorado es una muestra de nuestro compromiso, mi compromiso con las diez universidades públicas de Andalucía. En estos años de democracia y autonomía, muchas familias andaluzas han visto por primera vez cómo sus hijos o sus nietos han tenido acceso a estudios superiores. No sobran universidades ni universitarios. La universidad pública es un emblema de la igualdad de oportunidades y además es una garantía de crecimiento y de futuro para nuestra tierra.

Susana Díaz, anoche
Necesitamos que el año que comienza sea el año de las oportunidades. Oportunidades para todos. Y, especialmente, para que nuestros jóvenes, que representan el futuro de nuestra tierra, puedan contar con un proyecto de vida digno e ilusionante. Sé perfectamente que muchos de esos jóvenes están hoy lejos de sus hogares porque han tenido que marcharse fuera de España. Los echan de menos en sus casas y los echamos en falta todos, porque su talento y sus ganas de trabajar son imprescindibles para avanzar hacia la Andalucía próspera y moderna que queremos.

"Como presidenta recojo el sentir de la inmensa mayoría de los andaluces cuando digo que la unidad de España y la igualdad de los españoles vivan donde vivan son pilares irrenunciables de nuestra convivencia"

Nos disponemos a cerrar un año intenso en lo político y crucial en lo económico. Un año en el que la ansiada recuperación económica no ha llegado aún para todos. Es cierto que Andalucía ha tirado del carro de la creación de empleo en España. Uno de cada cuatro nuevos trabajos que se ha creado en nuestro país se ha generado aquí, en nuestra tierra. Pero mientras haya tantas familias sufriendo el desempleo, no tenemos nada que festejar. Nuestra obligación es favorecer las condiciones para que en Andalucía nadie vea truncada su vida por falta de un trabajo digno. En este empeño nos vamos a dejar la piel. De esta crisis o salimos todos o no salimos bien. Y no podemos aceptar salir de cualquier manera.

La recuperación económica debe conllevar una recuperación real del bienestar de las familias. La gente, nuestra gente, y con razón, no puede entender que nadie hable de grandes cifras macroeconómicas cuando la realidad que ellos viven sigue llena de adversidades. Los ciudadanos piden cosas elementales: un salario digno, un trabajo con derechos y unos servicios públicos de calidad, que sean los que garanticen igualdad y bienestar. Todos conocemos a personas, o tenemos familiares, que desde que se aprobó la reforma laboral trabajan mucho más por mucho menos salario. Se trabaja mucho, se cobra poco y se cotiza aún menos. Y vemos con preocupación cómo hay personas con empleo cuyos salarios no les dan para llegar a final de mes. Y muchos mayores que con sus escasas pensiones tienen que ayudar a hijos y a nietos a salir adelante.

Tenemos que corregir esta situación, que nos condena a un mal presente y presagia un futuro peor. Gobernar es más difícil que protestar. Pero yo aspiro a que la vida de los andaluces sea cada día un poco más justa, un poco mejor.

Decía al principio que este año ha sido crucial en lo económico e intenso en lo político. Los andaluces hemos vivido un año electoral decisivo. La alta participación registrada en las urnas es la demostración del compromiso de los ciudadanos con nuestra tierra, con nuestro país. Una ciudadanía cada vez más activa que exige -y con toda la razón- a sus representantes públicos ética, más cercanía y mayor transparencia en su gestión. También en esto los ciudadanos piden cosas elementales: honradez y eficacia. Y que desterremos de la vida pública a los corruptos que suponen una vergüenza para nuestro país. Debemos emplear todas nuestras fuerzas para que estos casos no vuelvan a ocurrir.

El pasado mes de marzo, los andaluces y andaluzas hablaron en las urnas y lo hicieron con claridad, decidiendo quién quieren que les gobierne y cómo quieren que se gobierne. Sin duda tiene que ser desde el diálogo y anteponiendo siempre el interés de Andalucía a cualquier otro. En nuestra tierra ese diálogo ha permitido estabilidad institucional y que Andalucía haya sido la primera comunidad española en contar con un presupuesto para el próximo año. Un presupuesto que da garantías de servicios públicos de calidad, de recuperación de derechos y de apuesta por el empleo.

En lo que se refiere al conjunto de España, las elecciones del pasado día 20 han abierto un periodo de incertidumbre para nuestra estabilidad como país. Es lógico que todos estemos preocupados y demos lo mejor de nosotros mismos para salir cuanto antes de esta situación. Los españoles han expresado con su voto un rechazo rotundo a unas políticas que han generado un importante sufrimiento a millones de personas. Y a la vez, demandan a sus representantes altura de miras para encontrar lo que realmente importa: soluciones a sus problemas. Para ello, todos debemos actuar con responsabilidad, con generosidad, demostrando que nuestro mayor y nuestro más firme compromiso es con nuestro país, con su gente, que aspiran sencillamente a una vida mejor.

Creo que como presidenta recojo el sentir de la inmensa mayoría de los andaluces cuando digo que la unidad de España y la igualdad de los españoles vivan donde vivan son pilares irrenunciables de nuestra convivencia. Y debemos preservarlos. En este nuevo tiempo político hace falta acuerdo y concordia. Pero tenemos que combatir a aquellos que intentan dividir España territorialmente o a los que pretenden ensanchar la insoportable brecha de la desigualdad. Hoy los ricos son cada vez más ricos y las clases medias y trabajadoras están más empobrecidas. Unidad e igualdad son compatibles con las necesarias reformas, en todos los órdenes, que necesita nuestra comunidad y nuestro país.

Para garantizarnos, sobre todo, un nuevo periodo de progreso y de convivencia como el que lograron abrir, no sin dificultades, los hombres y mujeres que pilotaron la Transición a la democracia. Partían de posiciones muy diversas, pero gracias a su generosidad, a su altura de miras y a su capacidad de diálogo, España terminó por superar una situación histórica tan o más compleja que la actual. Ellos supieron estar a la altura en un momento difícil, ahora nos toca a nosotros protagonizar otro gran esfuerzo, por Andalucía y por España.

Desde Andalucía debemos contribuir decisivamente a esa España mejor que todos soñamos. Fue Andalucía la que consiguió que la igualdad entre los territorios y los ciudadanos fuera la premisa fundamental del modelo autonómico español. Hoy nos toca defender con firmeza el legado de nuestro 28 de febrero para preservar este objetivo. Y es, también en Andalucía, donde hemos blindado los servicios públicos esenciales, la sanidad, la educación y la atención a las personas con dependencia. Aquí garantizamos la atención a las personas con alzheimer, cubrimos las necesidades de menores en riesgo de malnutrición, plantamos cara a los desahucios… No vamos a permitir que derechos tan elementales queden, nunca más, en entredicho.

Desde Andalucía hemos puesto también sobre la mesa la necesidad de un pacto de todos, de un Pacto de Estado. Un pacto para luchar sin tregua contra la violencia machista, que se ha cobrado 56 víctimas en España, 12 de ellas mujeres andaluzas. No debemos resignarnos a que el año que viene tengamos otras 50 asesinadas. No vamos a aceptar, de ninguna manera, convivir con tanto horror. Tenemos que poner todos los medios a nuestro alcance para luchar contra esta vergüenza social. Debemos actuar unidos, de la misma manera que lo hacemos frente al terrorismo yihadista. Una amenaza contra nuestra libertad, nuestros valores y nuestra seguridad, a la que debemos derrotar desde nuestra fortaleza democrática.

Andalucía y España afrontan muchos retos. No tenemos tiempo que perder. Pongámonos todos y todas manos a la obra. Por un presente más justo, por un mañana mejor. Gracias por su atención. Felices Fiestas y buenas noches.

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