Juan
Torrijos
Periodista
Se
enfrenta don Joaquín Jiménez, delegado de turismo y playas de la Junta en Almería, a más de
veinte mil firmas (y siguen aumentando en todo el país) en contra de la que él
llama cafetería y otros chiringuito en unas de las playas más hermosas de
nuestro litoral. Don Joaquín, se está usted jugando el cargo. O los
hace cambiar de opinión a los miles de firmantes o estos pueden acabar con su
futuro político.
Playas de Mónsul |
Cierto que usted no tiene nada que ver con la
cafetería-chiringuito, que la historia viene de atrás, pero le puede explotar
en toda la cara con las consecuencias que se pueden esperar para su carrera.
Los jefes al final buscarán una cabeza que cortar y se puede convertir en la
del San Antonio que entregar en bandeja de plata.
Ha logrado acallar la voz de
la alcaldesa de Níjar. Al fin y al cabo, compañera de partido, que se permitió
en un primer momento salir criticando una actuación que ni siquiera se había
consultado con el Ayuntamiento que preside. Tiene toda la razón la alcaldesa,
es que ya ni consultan con los suyos, es que van haciendo de sus capas sayos y
del litoral lo que les da la gana y sin consultar.
Es que parecen que son
ustedes los “maduros” de Andalucía. No les importa lo más mínimo ni las
críticas que tengan que soportar sus compañeros por la audacia y talante con
los que trabajan los señores de la
Junta en tierras de Almería. Pero ha conseguido usted que se
calle y ese no es un mal triunfo para comenzar. ¿Por qué se calla doña
Esperanza?
¿Y qué tiene que contar el responsable de su Ayuntamiento en la cuestión de playas, el señor Pineda, de IU, sobre la cuestión de la cafetería-chiringuito en Mónsul? No le he visto en los medios informativos muy beligerante con el tema. Lo mismo el hombre, con buen criterio, está llevando su oposición por el camino de la presión en el Ayuntamiento. Si es así no está mal, pero que tenga cuidado que las firmas recogidas y las por recoger también se pueden llevar por delante su prestigio político, y con suerte que no se lleve también el suculento sueldo de cuarenta y ocho mil euros al año asignado a su área.
Lo único cierto es que
si el ciudadano no se imbrica en el problema y se lanza a recoger firmas por
toda España, la Junta
monta su cafetería-chiringuito en la playa de Mónsul y encima sin consultar con
el Ayuntamiento.