Juan Torrijos
Periodista
Se quejan los populares ante la sociedad de que la
presidenta socialista de la
Junta de Andalucía, doña Susana Díaz, aún no ha recibido al
alcalde de la ciudad de Almería, don Ramón Fernández-Pacheco. Triste y lloroso
anda por las calles y plazas de la ciudad el nieto de Monterreal. Y no es para
menos, oiga. El hombre se siente ninguneado políticamente por la presidenta de
Andalucía. No hay derecho a que aún no lo haya recibido. ¡Pobre mío! Y lo que
es peor, que ni siquiera hay prevista una fecha.
Ramón Fernández-Pacheco |
Dice la trianera que nos lleva
a los almerienses en el corazón, sí, sí, pero no parece que lleve al buen mozo
que preside la corporación, al que no quiere ni ver, o lo parece. Nuestro
alcalde está triste, ¿qué tiene nuestro alcalde? Que Susana le dice que nones y
no quiere recibirlo. Susana, el alcalde de Almería es un hombre de gesto serio,
de semblante sombrío, poco dado a la sonrisa, más bien a la tristeza, y con tu
negativa a verlo, a darle un abrazo (o simplemente la mano), a mantener una
entrevista con él y ofrecerle una sonrisa trianera como la tuya lo puedes estar
llevando a una depresión política. Un poquito de ese amor que tanto nos tienes
a los ciudadanos compártelo con el alcalde, le hará mucho bien. Lo mismo hasta
sonríe.
"Si tan importante es para usted que lo reciba doña Susana, lo tiene fácil: encierro en el despacho y huelga de hambre hasta que no le llame la señora presidenta"
¿Es tan importante para el alcalde de Almería que lo reciba la presidenta de la Junta ? ¿Van a comenzar
mañana las obras del materno infantil? ¿Va a crear mañana la señora presidenta
de la Junta la
fundación que se haga cargo de la
Alcazaba ? Y así hasta cien más. Si tan importante es para
usted que lo reciba doña Susana, lo tiene fácil, encierro en el despacho y
huelga de hambre hasta que no le llame la señora presidenta.
Lo de la huelga de
hambre no se lo aconsejo, está usted bastante delgado y no sé si le irá bien
para su salud. Claro que teniendo un concejal como don Nicasio Marín, que se va
a dedicar a mantener una ciudad saludable, un aire limpio y no sé cuantas
historias más, seguro que lo tendrá a su lado y pendiente de su robustez física
durante el tiempo que dure el encierro y la huelga, si es que al final decide
llevarlo a cabo.
Se ponen verdes los unos a los otros, se critican hasta el infinito, pero si no
me recibe la presidenta hago un mar de lágrimas, me lío en la bandera de la
ciudad y la acuso de que les está haciendo un feo a los ciudadanos.