Javier Salvador
Editor de Teleprensa
Almería
cuenta con un alcalde que tiene el mismo peso en el escenario político e
institucional que un mojón en la carretera de Cuenca, o como diría aquel, pinta
menos que Gabriel Amat en la
Real Academia de la Lengua. Pero poco le ayuda que desde el Parlamento andaluz y precisamente Carmen Crespo le pida públicamente a Susana Díaz que
reciba al niño, porque parece que le está dando un codazo de comadre a la
presidenta de la Junta
para que le levante el castigo y le lleve de merendola. Y no, ese no es el camino.
Fernández-Pacheco |
Fernández-Pacheco, alcalde de Almería, aún tiene que sufrir todas las heridas que su
antecesor ha dejado abiertas, por lo menos hasta que él no demuestre que ha
tomado las riendas y que toma sus propias decisiones. No hace mucho un
reconocido político de peso específico en este gobierno municipal me reconocía
que se manda más en tareas de gobierno desde el gabinete de prensa que desde el
propio despacho del alcalde, y obviamente esos asesores no los nombró Pacheco,
sino que han sido los fieles compañeros de viaje de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador desde que empezó a tener cargo, y de ahí que digan que realmente
sigue mandando en la sombra. Si
no hay cambios, ni apertura, ni el Ayuntamiento de Almería se convierte en la
casa común de todos los almerienses, ¿realmente creen que nos ofende que no le
reciban en Sevilla?
"Fernández-Pacheco ha tenido oportunidades de sobra para demostrar que no es Rodríguez-Comendador con más pelo y menos años, pero no lo hace"
Susana
Díaz podría aprovechar uno de sus viajes para citar al alcalde en la Delegación del
Gobierno, por ejemplo, para recibir las buenas nuevas que tenga que contarle y
así darle un poco de su propia medicina al regidor local, porque si la política
del gobierno que representa el almeriense ha sido la de hacer pasar por el aro
o quedar al margen, no le viene mal aprender la lección cuanto antes.
Fernández-Pacheco ha tenido oportunidades de sobra para demostrar que no es Rodríguez-Comendador con más pelo y menos años, pero no lo hace. A día de hoy tiene
los mismos enemigos, y alguno más, por guerras que él no empezó, pero en
aquellas en las que sí ha intervenido tampoco ha puesto soluciones o ha dicho
ni tan siquiera que está en proceso de ello. Los
vecinos de la zona centro siguen en pie de guerra por la extraña gestión que
desde Urbanismo se ha hecho de las denuncias, mediciones o incluso órdenes de
cierre de establecimientos.
No
obstante el peso que pierde el Ayuntamiento de Almería o el desencanto que
provoca en las calles no es sólo culpa del joven primer edil. No podemos
olvidar que la mayoría del pleno la forma precisamente la suma de PSOE,
Ciudadanos e Izquierda Unida y que, por ejemplo, estos tres grupos políticos se
comprometieron con los comerciantes de la Plaza de Pavía a poner en valor el puente que une
el barrio y que el controvertido parlamentario andaluz Pablo Venzal intentó
tirar siendo concejal de Urbanismo.
Hasta la fecha lo único que han conseguido
es que se limpien los solares de propiedad municipal, que por otro lado es
mucho más de lo que tienen los vecinos de Nueva Almería y el Zapillo,
sufridores del estercolero de escombros en que se ha convertido el entorno del
nombradísimo Parque de las Familias y Auditorio Maestro Padilla. Pero claro,
hablamos de barrios y no de la zona centro.
Y
con unos antecedentes así, ¿realmente creen que nos afecta que no inviten a
chocolate y bollos al alcalde de Almería en Sevilla?