Un melón por abrir

Paco Campos
Doctor en Filosofía y profesor de la UAL

Lo mismo que Felipe VI, que va de ecologista-naturalista-europeísta, de todo, pero sin meterse en nada, todo de forma acelofanada, estos jóvenes de la derecha tradicional, que de algún modo recuerdan a los ‘jóvenes turcos’ de Suárez, producen en el ciudadano el efecto de la artificialidad, por sus palabras, por sus gestos, por sus paridas.

Fernández-Pacheco
En esta fauna encontramos el acartonado alcalde que nos ha dejado Luís-Rogelio antes de irse a la capital del reino, todo un melón por abrir, se llama Ramón Fernández, muy conocido en su bloque. Lo primero que hace el jovenzuelo es situarse en una estructura que él mismo se ha inventado; da igual que venga a cuento o no, da igual que funcione o no, es como las secciones de las grandes superficies (Talúuun “Sr. Ramírez, Sr. Ramírez, preséntese en Gerencia, gracias” Talúuuun), áreas al frente de las cuales hay un vice, y él está por encima de todos los vices, mirando el monitor, esperando la rendición de cuentas.

"La lección aprendida es ésta: hay gente que lo está pasando muy mal y vamos a trabajar (¿) por ella dentro de nuestras posibilidades; queda mucho por hacer, aunque estamos saliendo del túnel… Una auténtica tomadura de pelo"

Pero como ahora importa el redentorismo, enseguida aparece diciendo sus grandes preocupaciones, sus grandes retos: trabajo y participación. ¡Ja, ja! Ya vimos aquellos trabajos que se inventó el anterior: pintar bancos, sacar brillo a las papeleras, trabajos todos ellos para los que no se necesita saber nada, y a nada conducen. Y si hablamos de participación no traga ya la ciudadanía los programas de la Sección Femenina: los bailes regionales y los encajes de bolillos.

Aunque lo peligroso de este cutrerío es que se frivoliza sobre lo fundamental, con lo que lo reivindicativo y solidario pierde su identidad de clase y protagonismo en la izquierda. La lección aprendida es esta: hay gente que lo está pasando muy mal y vamos a trabajar (¿) por ella dentro de nuestras posibilidades; queda mucho por hacer, aunque estamos saliendo del túnel… Una auténtica tomadura de pelo. “Manolo, llena. Gracias”.