Marta
Rodríguez
Periodista
Con
la perspectiva de los nueve años que llevo trabajando en la sección de cultura
de La Voz de Almería , puedo
afirmar que estamos ante un cambio de ciclo. Y esto no es algo que diga solo yo
porque sea una visionaria, ni nada por el estilo. El poeta Raúl Quinto lo ha
manifestado en diversos foros y, pensándolo con detenimiento, no le falta
razón. Muchas de las iniciativas que definían la vida literaria almeriense hace
una década han desaparecido o están en vías de hacerlo dejando, eso sí, un
fantástico legado que sirve y servirá como modelo y fuente de inspiración para
poner en marcha otras nuevas que no son mejores ni peores, son simplemente
distintas. Ni los nostálgicos como yo debemos aferrarnos a eso de que cualquier
tiempo pasado fue mejor.
Benjamín Prado, en los Encuentros Literarios de El Ejido |
El simple desgaste, las circunstancias de la vida y,
en algunos casos, el relevo generacional marcan que todo tiene un principio y
un final. Hay muchos ejemplos: el Aula de Poesía de la Fundación Unicaja ,
que coordinaban José Andújar y Ramón Crespo y que durante años trajo a la ciudad
a lo más granado de la literatura; Sintagma, que obtuvo todos los premios a los
que puede aspirar una librería y puso El Ejido en el mapa por algo más que la
agricultura intensiva y los sucesos; los Banderines del Zaguán, que
introdujeron con normalidad las letras en el ambiente nocturno y nos
descubrieron voces nuevas de Almería y de fuera, o la editorial El Gaviero y
con ella proyectos como la revista Salamandria y el Festival del Libro y la Lectura , Lilec,
prolongaciones del talento de Ana Santos, una enamorada de los versos y gestora
cultural como nunca ha conocido Almería. ¿Y a qué han dado paso estas
propuestas?
Encuentros literarios en El Ejido: Quiero empezar el listado con
estos encuentros literarios porque ejemplifican a la perfección cómo el legado
de ayer se puede transformar en algo nuevo mañana. Manuel García Iborra, de la Librería Sintagma ,
echó la persiana de su negocio en septiembre, pero decidió que los contactos y
conocimientos adquiridos a lo largo de tanto tiempo debían plasmarse en una
nueva actividad. Se trata de un ciclo de citas con personalidades del gremio de
las letras que comparten su sabiduría con el gran público gracias al apoyo del
Ayuntamiento de El Ejido. El escritor Benjamín Prado fue el encargado de
inaugurar la iniciativa el pasado jueves y la ilustradora Anna Llenas (El
monstruo de colores) nos visitará los días 12 y 13 de este mismo mes. Todo
acompañado con una exposición fotográfica que muestra a los 150 autores que
trajo hasta la tierra del Indalo la emblemática librería.
Las Dulces Tardes Poéticas: Estos recitales de poesía y
música que coordina el autor Aníbal García con el respaldo de La Dulce Alianza
consiguen una vez al mes el más difícil todavía, completar el aforo de un acto
literario en Almería. Surgieron en el seno de la pasada edición de las Jornadas
de Teatro del Siglo de Oro y han trascendido de este festival de la mano de
escritores que bien querría para sí cualquier Feria del Libro. Próximamente
pasarán por la actividad Luis García Montero(16 de febrero), Luis Alberto de
Cuenca (14 de abril) y Andrés Neuman (19 de mayo). Como recuerdo de cada velada
queda una plaquette llamada Santa Paula en homenaje a la tarta favorita de
Valente de entre todas las delicias que elabora la pastelería más antigua de
Almería.
Poeta de guardia: Su alma máter es Toño Jerez. Esta actividad nació
en 2013 de la forma más natural a raíz de la presentación de un libro en La Oficina Producciones
Culturales. Son encuentros en los que poetas de calidad recitan sus versos
acompañados de música o de algún tipo de proyección. Lo que allí acontece luego
puede escucharse en el programa Mala noche de Candil Radio. La última cita la
protagonizó Diego Rechey las próximas lo harán Déborah Antón (20 de febrero) y
Juan Manuel Gil (12 de marzo).
Los Premios Argaria: El Gremio de Libreros de
Almería elige los títulos más destacados del año desde hace un tiempo. Sin
embargo, en 2015 decidieron dar mayor realce a la iniciativa celebrando una
gala en el Centro Cultural de Cajamar, ubicado en la Casa de las Mariposas de la
capital. Un acto que se convirtió en una auténtica fiesta de las letras que
permitió festejar el gran momento que atraviesa este ámbito en Almería, donde la
producción editorial crece año a año. ¿El reto? Seguir convocando este
encuentro. Y, aunque no sea el objeto de este post, perseverar para que la
ciudad tenga la Feria
del Libro que merece.
Nuevas editoriales, librerías, proyectos y voces: Frente
a cierres que nos hielan el alma, yo prefiero quedarme con las aperturas que
nos devuelven la fe. En los últimos tiempos, Almería ha visto cómo han
surgido establecimientos dedicados a la literatura, como Bibabuk, en la Rambla , y The Good Dragons,
junto a la Plaza
de San Pedro; nuevos sellos como Letra Impar, Libre Albedrío y SoldeSol,
proyectos tan ilusionantes como Babilonia, la primera escuela literaria de la
provincia, o el festival Carboneras Literaria, con el respaldo del Premio
Planeta Lorenzo Silva, y, por supuesto, la irrupción de nuevas voces y nuevos
colectivos como Poetas del Sur.
Asociaciones y centros de estudios que hacen
cultura desde la periferia: Como bien me señalan desde las redes sociales,
mención aparte merecen las asociaciones que hacen cultura desde los pueblos de
la provincia, es decir, desde la periferia de la periferia que ya es Almería
(aunque según me ha confesado Benjamín Prado esta semana en una entrevista, “la
periferia no existe, ha muerto en Internet”). Un buen ejemplo es Argaria, el
colectivo del Levante que encabeza Javier Irigaray con especial sensibilidad
hacia los temas literarios. Somos Albojenses, en el Almanzora, con su revista
El Arriero, constituye otro caso similar. Y si de publicaciones comarcales
hablamos, no me puedo olvidar de la fantástica Revista Velezana, con más de treinta
años de historia e impulsada por un centro de estudios locales cuya razón de
ser es la divulgación de nuestra historia. En definitiva, sobran motivos para
seguir creyendo.