Ramón Fernández-Pacheco
Alcalde de Almería
La
celebración del 28-F nos ofrece a todos los andaluces el marco ideal de
reflexión acerca de lo que somos, de lo que queremos ser y del modo de
conseguirlo. Y aunque es cierto que nuestra Comunidad ha crecido y ha
experimentado un desarrollo importante a través del Estatuto de Autonomía, no
es menos cierto que más de tres décadas después de su aprobación, existen
evidentes desequilibrios entre las distintas provincias andaluzas que pueden y
deben mejorarse.
Pero no quiero que mis palabras se interpreten como una
aportación más al desencuentro y a la confrontación con la Junta de Andalucía.
Como alcalde de Almería creo que debo constatar que muchos almerienses perciben
con malestar el discurso oficial de una Andalucía única y centralizada desde
Sevilla, en lugar de una Andalucía rica y plural, plena de diferencias que
suman y que, de ser potenciadas, contribuirían a hacer de Andalucía la
Comunidad con más posibilidades de toda España.
28-F, Día de Andalucía |
Existen muchos modos de ser y
de sentirse andaluz. Y ser almeriense es uno de ellos. Pero esa compatibilidad
será más difícil cuanto más tiempo mantenga la Junta de Andalucía esa doble
velocidad entre una Andalucía central y otra periférica. De hecho, Almería es
la provincia más oriental y más alejada del centro de poder andaluz y es,
también, la provincia recibe las cosas en menor cuantía y siempre más tarde que
las demás, siendo además la que más aporta al conjunto de la economía andaluza.
No es necesario recordar ahora la larga lista de incumplimientos, retrasos y
olvidos que los diferentes gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía han
mantenido y mantienen con Almería y los almerienses. Lo que quiero, como alcalde de la capital de la provincia más alejada de Sevilla, es que los
almerienses seamos tan importantes como el resto de andaluces. Ni más, ni
menos. Y lamentablemente, el discurso oficial de la igualdad, por no entrar ya
en el de los cariños y afectos de la presidenta Susana Díaz, se desmorona si
repasamos todo lo que los almerienses seguimos esperando de la Junta de
Andalucía.
Por eso, en este nuevo 28-F, me gustaría que mirásemos el futuro con
un espíritu generoso y positivo. Yo he tendido la mano a la Junta desde el
primer minuto de mi mandato y creo que se ha avanzado en la resolución de
algunos problemas enquistados en el tiempo. Espero que ése sea el camino por el
que avancen las cosas. La política andaluza debe dejar de ser un campo de
batalla para ser una fábrica de soluciones. Por lo tanto, que nadie use
Andalucía para intereses que no son los de los andaluces y que nadie utilice el
28-F como herramienta electoral y de confrontación. Este día es un símbolo de
todos y para todos.