Diego Martínez Cano
Presidente de la Cámara de Comercio
Es
una realidad que la escasa industrialización erosiona la modernización y el
conocimiento del conjunto de cualquier economía. No en vano, es la industria el
sector de exportación más competitivo y con la mano de obra de mayor
flexibilidad y valor añadido. Si contáramos con el desarrollo de un plan de
acción industrial en España se podría elevar la contribución del PIB hasta el
17,4% y podrían crearse en torno a 370.000 empleos por describir solo un
ejemplo del alcance de este sector.
Fábrica de coches |
Extrapolando estos datos a Almería, se
podrían crear 4.000 puestos de trabajo de alta cualificación y a la vez
aumentar el peso de la industria hasta casi el 15%. Si además consideramos los efectos
del Modelo Almería como una industria de fabricación de alimentos, el PIB
industrial superaría ampliamente el 20%, objetivo marcado por la Unión Europea
para el Horizonte 2020.
"El marco para el impulso de la industria provincial tiene importantes antecedentes en los trabajos recogidos por el Foro Almería 2025"
Para lograr este objetivo serían clave dos
vertientes: por una parte, impulsar actividades industriales como palancas de
competitividad, tales como la industria química, la industria auxiliar de la agricultura, la industria minera y la industria alimentaria, y por otra,
disponer de herramientas destinadas a apoyar a las pymes a través de innovación
y de internacionalización, mejorar las condiciones de financiación, desarrollar
un marco de colaboración público-privado y mejorar la gestión de centros
tecnológicos.
En esta línea, entendemos que los retos de la industria en Almería
pasan por contar con manufactura avanzada, es decir, actividades altamente
productivas, procesos ecológicos o participación del talento; por más
internacionalización; por aproximarnos al mercado a través de nuevas vías de
relación que contemplen las necesidades de los clientes, la llamada
inteligencia de mercado, comerciales, promoción, marca; por innovar en nuevos
modelos de negocio, propuestas de valor, agentes clave, recursos o alianzas y
por aplicar tecnología y talento como factores de competitividad.
En este contexto, el marco para el impulso de la industria provincial
tiene importantes antecedentes en los trabajos recogidos por el Foro Almería
2025 promovido por Asempal en 2008, el Plan de Innovación Industrial impulsado
por la Cámara de Comercio de Almería en 2007, la Estrategia industrial de
Andalucía 2014-2020 Marco RIS3 (Research & Innovation Smart Specialisation
Strategy), las Reflexiones sobre presente y futuro de la economía almeriense,
del Foro de Innovación de Fundación Mediterránea de 2014 o la Agenda para el
fortalecimiento del sector industrial en España.
Todos ellos inciden en el papel fundamental de la industria
como sector clave para un crecimiento económico equilibrado y sostenible. Si
observamos la contribución del sector industrial al PIB español, vemos que ha
ido variando en los últimos años: 18,8% en el 2000, 14.4% en 2009 y un 15.9% en
2013; en términos de empleo, la retribución media en la industria es un 20%
superior a la de otros sectores y dos de cada tres trabajadores permanecen más
de seis años en la empresa.
Asimismo, el sector tiene una importante capacidad
de arrastre y un importante efecto multiplicador: por cada euro invertido en la
industria, se obtienen 1,5 euros de actividad económica agregada. También el
gasto que realiza el sector industrial en I+D es superior a la media de otros
sectores: un 2,1% frente a 0,5%; y la inversión que atrae conlleva, entre
otros, capital, tecnología e infraestructuras.
La radiografía
mostrada sobre las ventajas de este sector justifica la necesidad de una
oficina de industrialización para Almería como instrumento coordinador que
actúe en varios ámbitos:
- Soluciones financiación pymes industriales: dando
apoyo a las empresas en dificultades pero con viabilidad, reforzando la
dotación de fuentes e instrumentos de financiación.
- Nuevos proyectos
industriales estratégicos: es decir, con la diversificación de nuevos sectores
de oportunidad mediante el desarrollo de iniciativas emprendedoras.
-
Consolidación de la industria actual mediante la internacionalización y la
innovación industrial o a través de la potenciación de los centros
tecnológicos.
- Mejora de los condicionantes tanto industriales como
energéticos, las del desarrollo del capital humano y la simplificación
administrativa.
En definitiva, se trata de recuperar una vieja aspiración: poner
las bases para dar forma a la industrialización de Almería. Precisamente uno de
los problemas más urgentes a los que debe hacer frente el sur de Europa es el
de la desindustrialización de la economía, algo que no ha sucedido en los
países nórdicos; en los del sur, España fue la que más ha sufrido la
desindustrialización, tras Francia e Italia. En los del norte fue en Finlandia
donde más se redujo, y en Alemania, donde menos.
La conclusión es clara: los
países del norte han logrado mantener el peso de su industria mientras que los
del sur hemos registrado descensos. Queda clara, pues, la necesidad de desarrollar
la industria como vía de crecimiento y para mayor competitividad del
territorio, máxime en el contexto de una economía cada vez más globalizada.