Emilio
Ruiz
A
mediados de los 90, Jesús García Velasco, un viejecito de Majaelrayo, pueblo de
medio centenar de vecinos situado en la sierra Norte de Guadalajara, se hizo
popular en España al protagonizar, por casualidad, un anuncio de un vehículo
todoterreno. Los publicistas se habían desplazado hasta allí para ambientar la
historia de una persona que se perdía con su coche en parajes a los que nunca
llega nadie. Con el equipo iba el actor protagonista el spot. Entonces fue
cuando se encontraron a Jesús, que tomaba el sol en un poyete. Se convirtió en
el actor perfecto. “¿Y el Madrid qué, otra vez campeón de Europa, ¿no?",
fue la frase que hizo celebre al hombre que tenía aparcada su memoria cuarenta
años atrás, cuando al Real Madrid de Gento y Puskas no había Copa de Europa que
se le resistiera. Si el “abuelo de Majaelrayo” viviera, posiblemente aumentaría
su repertorio de preguntas anquilosadas en el tiempo con esta otra: “¿Y El
Algarrobico qué, aún sigue en pie? Porque la historia de El Algarrobico se está
convirtiendo en un culebrón que nunca llega a su fin cual si de un “Cuéntame
cómo pasó” se tratara.
El Algarrobico |
Se
remonta la historia del hotel a los últimos años de la década de los ochenta,
con la declaración del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y la aprobación, por
el Ayuntamiento de Carboneras, del Plan Parcial El Algarrobico. También fue por
aquellos años cuando entró en vigor la Ley de Costas, que establece en 100 los
metros de servidumbre. La licencia de obras es de 2001 y fue en 2005 cuando Greenpeace
protagonizó aquella mediática ocupación. En 2006 las obras se paralizaron
judicialmente. En los diez años siguientes, es decir, hasta hoy, se han
sucedido las sentencias judiciales, muchas de ellas en sentido divergente
incluso en las dictadas por una misma instancia judicial. Por fortuna, la del
Supremo de 18 de Febrero cierra definitivamente el paso a la legalidad y
reconoce el derecho de la Junta al retracto. Como es obvio, la sentencia no se
pronuncia sobre la demolición, su financiación y el posible derecho de los
promotores a recibir una indemnización. No podemos olvidar que Azata del Sol
disponía de una licencia de obras que llevaba todas las bendiciones
administrativas.
Mientras
los tribunales siguen dirimiendo y sentenciando sobre los muchos flecos que aún
deja sueltos el asunto, es necesario, puesto que el hotel definitivamente no se
va a terminar, proceder cuanto antes a su demolición. Susana Díaz ha
manifestado más de una vez que el derribo se produciría tras el pronunciamiento
del Supremo. Ese pronunciamiento ya está aquí. El asunto, pues, no tiene vuelta
atrás. ¿Cuándo empieza la demolición?
El
protocolo firmado el 15 de noviembre de 2011 por los entonces presidente de la
Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y la ministra de Medio Ambiente y
Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, estipula que el ejecutivo central asumirá
la demolición y el autonómico se encargará de la restauración. La actual ministra
de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha ratificado el compromiso
adquirido en aquel protocolo y se ha manifestado contundente: "Esto nos
permite –se refiere a la sentencia del Supremo- entrar a demoler". En 2012
la demolición y la restauración se valoraron en algo más de siete millones de
euros. Desde Azata aseguran que esa cifra anda lejos de la realidad, pues no se
tuvieron en cuenta las inyecciones de hormigón que se tuvieron que realizar
para sujetar el terreno. El importe, sea el que sea, ya da igual. Todo esto ha
sido un disparate al que hay que poner fin cuanto antes. Los carboneros, los
almerienses y los españoles tenemos derecho a que se ponga fin a este triste
episodio que tanto nos sonroja. Después, todo el tiempo del mundo tendremos para
señalar y enjuiciar a las muchas personas que lo han protagonizado.