Francisco
Javier Narbona Mena
@_Narbona_
Los ciudadanos andaluces sufrimos uno de los mayores
Impuestos de Sucesiones de toda España. Tanto es así que muchas personas se
ven obligadas a renunciar a las herencias de sus familiares por verse incapaces
de asumir el desembolso correspondiente a dicho impuesto. El pasado 10 de
marzo, el grupo parlamentario de Ciudadanos en Andalucía anunciaba que, en
negociaciones con el PSOE andaluz, habían conseguido reducir el impuesto de
sucesiones para una gran cantidad de afortunados ciudadanos. El problema es
que, para tener “derecho” a ver reducido sus impuestos, se debe ser heredero de
una explotación agraria. Si tu querido padre te deja en herencia una tienda de
electrodomésticos, un coche o un piso en Los Molinos, mala suerte.
"Eliminen el impuesto sin arbitrariedades ni clientelismo" |
Vaya por
delante que me alegra que se reduzcan los impuestos, pero la arbitrariedad
gubernamental convierte esta medida en discriminatoria, y en una política
clientelar. En una provincia como la de Almería, con un sector agrícola de
importancia capital, la medida será recibida por muchos con los brazos
abiertos, y se aprovechará políticamente. A los miembros del gobierno de la Junta de
Andalucía y a aquellos que mantienen a los primeros en sus sillones les lanzo
una idea:
Dejen de sablear al ciudadano al recibir en herencia unos bienes que
ya fueron objeto de impuestos en el momento de su adquisición. Permitan a los
descendientes de los difuntos disfrutar de aquello que éstos consiguieron con
su trabajo. ¿No les cuadran las cuentas? Busquen bien, que seguro que hay
muchos millones de gasto innecesario a su alrededor. Eliminen el Impuesto de
Sucesiones. Sin arbitrariedades. Sin excepciones. Sin clientelismo.