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El barrio de Pescadería-La Chanca

David
Martínez Montoya

Cuando estudiaba en la Universidad de Almería y mis amigos me preguntaban que dónde vivía, yo les decía que en Pescadería, asumiendo las caras y gestos que provocaba el decir que eras de este barrio, pero también defendiendo que no entendía ese recelo ya que siempre me he sentido muy honrado de provenir de un sitio en el que he sido tan feliz y del que me siento tan orgulloso, tanto por sus gentes, sus calles, su aroma de pueblo, su puerto, su humildad... como por su autenticidad.

En primer plano, el barrio de Pescadería (Foto: Almería360º)

Ahora en 2016 resulta que miles de vecinos almerienses están redescubriendo este barrio, gracias a la inestimable labor y esfuerzo de la asociación Pescadería-La Chanca Tiene el mirador más bonito de la ciudad. Conserva varios torreones de la antigua muralla que serpenteaba hace siglos por allí. Su antigua mezquita de Al-Haud (hoy iglesia de San Roque) mira altiva a su puerto pesquero, que también está en este barrio, y unas canteras califales donde Jairán cogió piedras para construir su fortaleza.

Esos miles de personas han descubierto una imagen de Almería que no conocían, no se imaginaban, un barrio donde hay casas de colores pintadas a mano, se oye flamenco en plena calle, se arregla una cueva para vivir tan dignamente como en un piso nuevo, se seca pescao en el terrao y se venden chumbos en la esquina.

Tambien han descubierto un barrio que lucha por su futuro, que a pesar de todas las dificultades y los estigmas, es orgulloso y honesto mostrándose como es y sin complejos. De ahí que el Ayuntamiento debería prestar todo su apoyo a este grupo de personas que están revitalizando esta zona con su altruista trabajo, adecentado las calles, aumentando la limpieza, arreglando caminos, etc., porque de esta forma gana toda la ciudad.

Por esto, invito a todos mis vecinos a visitar mi barrio, a pasear por sus calles, a hacerse fotos, se sorprenderán, se alegrarán y podrán conversar con personas que le digan en voz alta: ¡De Pescadería, a mucha honra!