Antonio Fernández
Periodista
El
tomate raf, una de las banderas de la calidad hortofrutícola almeriense, un
producto selecto que tiene su templo en la zona de la Vega de Almería, está en
peligro debido a la aparición de variedades que son confundidas con él, pero
que no son auténtico raf. La alerta llega de la mano de empresas que llevan
muchos años trabajando este tipo de tomate, tan identificado históricamente con
la huerta almeriense. Representantes de cooperativas como la CASI,
Agrupalmería, Grupo Caparrós o Única Group coinciden en que el avance de esas
otras variedades está colocando al borde de la desaparición el auténtico tomate
raf.
Tomate raf |
El
problema radica en que para muchos productores ya no resulta rentable cultivar
esta exquisitez, llegada en los años sesenta desde Francia de la mano de la
empresa de semillas Clause, y adaptada por los agricultores de la Vega de
Almería con gran éxito a unas condiciones muy particulares de aguas salinas,
suelos pobres y viento. Esas
características extremas de cultivo lograron una textura y un dulzor únicos. El
‘pero’ hay que buscarlo en la productividad, de apenas tres kilos por metro
cuadrado, que siempre fue compensada con unos precios muy elevados.
"El presidente de Única Group, José Martínez Portero, teme que en unos pocos años no se puede encontrar el verdadero raf en el campo almeriense porque tanta dedicación y tanto trabajo no son recompensados"
Esa situación se mantuvo hasta mediados de la pasada década, cuando en
determinadas épocas como la Navidad era posible encontrar el raf en mercados
exclusivos de Madrid o Barcelona a precios que rondaban incluso los 30 euros
por kilo. Se dijo entonces que el tomate se pagada “más caro que el jamón”, y
aquella frase dio la vuelta a España y disparó el prestigio y la cotización del
raf.
El apelativo de ‘pata negra’ le vendría por esas condiciones extremas en
el cultivo que llevaron a compararlo con el jamón pata negra porque los cerdos
de los que procede el famoso jamón viven en el campo, recorren largas
distancias, pasan calor extremo o frío invernal, un ‘maltrato’ que los
convierte en únicos, como en el caso del raf.
La
multiplicación de variedades como el Marmande, el Duma y otras que son
evidentemente parecidas, pero no son raf, junto con sistemas o zonas de cultivo
que no producen los mismos resultados, han supuesto que en la última década el
auténtico raf haya perdido precio en los mercados y eso es lo que lo ha
colocado en una situación límite porque los productores prefieren en muchos
casos más kilos y mayor comodidad en el cultivo que con el auténtico raf.
Así
lo explica el presidente de Única Group, José Martínez Portero, que teme que en
unos pocos años no se puede encontrar el verdadero raf en el campo almeriense
“porque tanta dedicación y tanto trabajo no son recompensados”.
Si
Única, Caparrós o Agrupalmería están trabajando para dar valor al auténtico
raf, la cooperativa CASI ha dado un paso más y ha decidido envasar como raf
sólo el auténtico, mientras que otras variedades tienen un tratamiento
diferenciado.
Miguel Vargas, presidente de CASI, afirma que se trata de defender
la autenticidad y de dar al cliente lo que busca, sin que existan dudas sobre
la calidad. Para ello desde hace un mes ha iniciado una política de control y
envasado diferenciado “que está teniendo una muy buena acogida por parte de los
mercados”, asegura.