Armando
García
Director
de AG Comunicación
Parece
ser que los exportadores canarios de tomate han aprendido mucho del célebre
grito de guerra que inmortalizara José Luis López Vázquez en aquellas películas que
retrataban la llegada de curvilíneas suecas en bikini a las costas playas
españolas de los años sesenta. Los canarios se han inspirado en el pasado, pero
han sabido utilizar en su favor las nuevas tecnologías de la comunicación y,
especialmente, el marketing online.
Tomates de Almería |
Aunque hace unos años nadie daba un duro
por el futuro del tomate canario, y más de un operador almeriense daba por
muerto al competidor insular, todo apunta a que grandes dosis de imaginación
están consiguiendo mejorar sustancialmente el potencial del tomate canario en
determinados mercados, como en el caso de Suecia.
Los exportadores de las islas
han llevado a cabo una ambiciosa campaña de promoción basada en el uso
inteligente y profesional (remarco lo de profesional) de las redes sociales y
de internet para llegar a las amas de casa de Suecia. Y lo han conseguido,
porque en los dos meses y medio que ha durado la campaña se ha interaccionado
con casi medio millón de personas. Han sabido sacar jugo a una campaña bien
planificada, que se ha basado en la potente combinación de un alimento sano y
natural con un destino turístico mundialmente conocido.
"En Almería no nos faltan recursos turísticos para atraer a los consumidores, y nos sobra calidad en nuestras frutas y hortalizas"
A ojos de los suecos,
el tomate canario no se identifica con un invernadero, sino con sugerentes
playas de aguas cristalinas bañadas por un sol casi eterno. Y, efectivamente,
tales recursos han dado su fruto, penetrando en el mercado sueco y haciendo que
determinados perfiles de consumidores hablen del tomate canario a sus conocidos y se conviertan así en los mejores
prescriptores gratuitos del producto.
Lo que han hecho los exportadores
canarios no tiene ningún misterio, pero sí tiene mérito. Con un contexto
internacional muy complicado para la exportación hortofrutícola a consecuencia
del veto ruso, a lo que se añade la competencia desleal y la aparición de
nuevos productores hortícolas en el centro y norte de Europa, las redes
sociales y el marketing online han demostrado de lo que son capaces llegando
concretamente al público objetivo, llamando la atención del consumidor y
generando su interés.
Por eso, es para echarse las manos a la cabeza cuando se
conoce el número de empresas agroalimentarias almerienses dedicadas a la
exportación y que aún no cuentan con estrategias online, diseñadas por
profesionales en plantilla o externos.
En Almería no nos faltan recursos
turísticos para atraer a los consumidores, y nos sobra calidad en nuestras
frutas y hortalizas. En Almería lo que falta es que las empresas del sector
agrícola descubran que ahora sí pueden hablar directamente de su producto al
consumidor final, sin intermediarios, aunque para emprender este tipo de
iniciativas deben antes unirse para estar a la misma altura que los canarios y
vender todos a una “tomate de Almería”.