Juan Torrijos
Periodista
No
se le veía muy preocupado al señor Ortiz Bono por esta cuestión, pero más vale
un archivo que una causa abierta aunque al final se pueda ganar. Me alegro por
él y por una provincia que sigue perdiendo puestos de trabajo, que tiene
problemas con los precios de los tomates, que no consigue levantar un hotel
desde hace años para el turismo, que cierra sus complejos turísticos como el de
Las Menas de Serón y a la que los políticos siguen poniendo como centro (no sé
de qué) del mundo.
Ortiz Bono |
En nuestra provincia, a la hora de poner piedras en el
camino del desarrollo y del progreso somos únicos. Es nuestro sino, qué le
vamos a hacer. A algunos nos parecía una tremenda incongruencia que se le
pusieran pegas a la plantación de olivos en nuestros parajes, pero por Almería,
señor, somos así. Debe ser una barbaridad imperdonable el plantar olivos, por
lo que hay que denunciar ante la fiscalía cualquier oportunidad que se plantee
de buscarle salidas al progreso y desarrollo de la provincia.
"No se vio a ningún grupo ciudadano llevar a los tribunales y denunciar cuando un político como Zapatero y su gobierno liquidaron el PHN, ese que nos iba a traer 100 hectómetros cúbicos de agua"
La excusa era el
agua. No tenemos agua en Almería para regar estas hectáreas nuevas. No se vio
a ningún grupo ciudadano llevar a los tribunales y denunciar cuando un político
como Zapatero y su gobierno liquidaron el PHN. Ese que nos iba a traer 100
hectómetros cúbicos de agua. Pocos, cierto, insuficientes, también cierto,
pero bastantes menos tenemos ahora con los que regar.
"Yo me inclino a pensar que lo primero son las oportunidades para que el hombre tenga una vida lo más digna que se pueda. Y eso pasa por un trabajo, unos derechos y una libertad"
No solo se estaba
cometiendo un error político cuando estaban todos los permisos en regla y
puesta la primera, se estaba condenando a unos campos y a unos hombres a pasar
sed (y hasta es posible que necesidad) en el futuro. Para algunos no sé qué es
mayor delito. Yo me inclino a pensar que lo primero son las oportunidades para
que el hombre tenga una vida lo más digna que se pueda. Y eso pasa por un
trabajo, unos derechos y una libertad.
Si no somos capaces las sociedades de
crear las fórmulas para que tengan esos derechos, no sé qué puñetas hacemos. Y
esas sociedades están en manos de los políticos y de esos círculos que deciden
llevar a los tribunales todo lo que no les gusta, les molesta o no les apetece
tener cerca. Solo dos personas, dos. Una pareja para más señas, está llevando
la lucha contra las terrazas de la capital. Les molesta una y van a llegar
hasta el final.