Paco Campos
Doctor en Filosofía y profesor de la UAL
¿Qué
pretende la Junta de Andalucía autorizando la salida del mineral de hierro por
nuestro puerto? ¿Quiere redimir con ello a la comarca de Alquife? Porque si es
así, bien pudiera haber pensado en un plan de regeneración basado en
actividades acordes con la exigencia de la comarca que no fueran indeseables
para nosotros.
Porque si quiere compensar, como con El Algarrobico, haciendo un puerto deportivo –chocolate del loro que desdibujará la costa- entonces lo que la Junta hace es desvestir un santo para vestir a otro. ¡Qué lejos queda Sevilla para nosotros! Y ¡qué inutilidad de parlamentarios almerienses en el Hospital de las Cinco Llagas! Llagas es lo que nos va a salir en la boca de tanto clamar en el desierto.
Puerto de Almería |
El alcalde no se entera, y si se entera no dice ni “mu”. Su predecesor al menos
levantaba la voz y se oponía a semejante barbaridad. Una barbaridad y un
disparate que parece ser le interesa a la Autoridad Portuaria para justificar
alguna actividad en nuestro puerto, cada vez más muerto.
Porque, claro, una vez que empiecen a llegar los camiones con el mineral y empiecen a empercudirse las calles y los jardines, y no paren de pasar en toda la noche… una vez así, entonces el maestro armero estará siempre solícito para admitir nuestras protestas y nuestras quejas. Porque la cosa ya está encarrilada y la empresa está encantada habiendo encontrado tanto pardillo junto.
No tuvieron bastante con Aznalcóllar, o con el mencionado Algarrobico, ahora lo
que pretende la Junta es no ya un daño a la vista sino al aparato respiratorio
de los almerienses, además de ir cobrando la ciudad con el tiempo –porque a eso
llega con el tiempo- ese colorcillo colorado que lustra la comarca granadina y
que podemos ver desde la carretera cuando atravesamos los Llanos de Guadix.