Antonio Torres
Director
de Canal Sur en Almería
Francisco Carretero Quirantes (Almería, 1951) es el primer vigilante de seguridad de Canal Sur en Almería que se jubila. Llegó a RTVA en 1990 y ha visto los cambios de la antigua sede de Oliveros a las actuales instalaciones en la calle de la Pilarica. Ha sido testigo de la llegada del cambio analógico a digital y ha participado en la exitosa seguridad de los Juegos Mediterráneos.
Una
persona de esas anónimas, exigente, se jubila. “He sido feliz y
siempre me he solidarizado con el gran trabajo llevado a cabo por las personas
de Canal Sur. Recuerdo el reto de los Juegos Mediterráneos, cuidando los
estudios de Canal Sur Radio y las unidades móviles de la tele, con despliegue
de más de un centenar de trabajadores venidos de toda Andalucía para
reforzarnos. Mis dos momentos mejores fueron esa estancia en Oliveros con Canal
Sur, en el edificio alquilado a Moreno Alarcón, y la ilusión que nos despertó
el cambio de instalaciones, en 2002”.
Paco Carretero |
Esa
jubilación no sería nada relevante si no fuera porque es también el primero de
entre todos los compañeros que cada jornada se saludan entre las prisas, dosis
de café y la búsqueda incesante de la noticia. Ha cumplido como el que más. Se
lleva el aprecio de todos.
Su compañero
de Seguridad José Antonio Cantón López dice Francisco: “Ha mantenido la misma
ilusión, después de tantos años de trabajo en el mismo puesto”. Mauricio Simón
mantiene: “Tiene más sentido del humor del que la gente se cree”. Y Antonio
González piensa: “Es una persona comprometida con su labor”.
El
documentalista Ángel M. Roldan dice: “Su paciencia observadora, su inteligencia
pragmática y su discreción son virtudes que atesora en silencio, junto con las
formas adecuadas para resolver cada situación e incidente, y convertirlo en
menor. El cumplimiento estricto de las normas es su credo profesional”. El productor
Federico Ríos piensa que es “un profesional y buena persona. Recuerdo verlo
llegar en trabajos en exteriores, unidades móviles en Feria,
Campanadas o Semana Santa y me daba una señal de buen hacer”.
A
Carretero le cuesta trabajo desprenderse de su rutina en el trabajo, de su
lectura de todos los periódicos, excepto los deportivos. Precisamente, fue un
adelantado y defensor del medio ambiente. Dio ejemplo con su bicicleta,
heredada de su padre con todo lo que ello representa, de amor y dulzura de un
hombre con el que algunas cosas no se podían comentar por la pasión que
todo el mundo le respetó, dentro de una empresa en la que la libertad de
expresión y el respeto al otro está en primer lugar.
Su
pensamiento está en Ohanes, su famosa y única uva, el paisaje, y la venta
de lotería que anualmente nos hace sobre la Virgen de Tices. Alguna vez
nos contó el amor que le tenía a la memoria de los ilustres de Ohanes como el obispo
Diego Ventaja, el prestigioso escultor Juan Cristóbal o el general togado para
todos los tiempos Miguel Vizcaíno. Su hijo Francisco José le adora,
y Cristina, abogada y profesora, ha heredado la nobleza de su padre al
que ve como un ser de verdad: “Es un hombre noble, como los de siempre. Te
metes un poco con él, y sabrá encajarte el golpe, sonriendo con cara de no
haber roto un plato”.
Sobre
el carácter de Carretero piensa su hija: “En ocasiones, si le tocas algún tema
favorito, lo verás despotricar como si le fuera la vida en ello; eso es porque
le sale su vena cabezota, pero en cuanto le das un golpecito en la espalda, te
devolverá una mirada amistosa, desde sus ojos verdes, en la que leerás que
sigues importándole exactamente igual, y eso significa mucho, porque para mi
padre las personas cuentan de verdad. Es auténtico”.