Tala indiscriminada de árboles en Cantoria

Emilio Padilla Chirveches
Periodista

Por más que lo intento no encuentra una explicación convincente, si es que la hubiera. El Partido Popular de Cantoria, a través de su portavoz, Santos Aguera Pedrosa, ha denunciado ante la opiniòn pública la tala indiscriminada de más de 300 ejemplares de árboles repartidos por el casco poblacional de esta villa del valle medio del Almanzora.

A la pregunta del porqué de esta decisión le ha seguido la callada por respuesta del actual equipo de Gobierno que, dicho sea de paso, empieza a parecerse a lo que tanto detesta: el Partido Popular de los hermanos Llamas (él y él), o lo que es lo mismo, el anterior Gobierno local, que actuaba en la toma de decisiones, de más y/o menos relevancia, a espaldas de la ciudadanía, como si se creyesen los reyes del mambo, siendo meros aprendices del pasodoble extranjero.

Es necesaria una explicación

Los pinos, situados en los alrededores del complejo polideportivo de esta localidad (los últimos en caer), podrían ser dañinos para el suelo, tal vez, pues aún esas secuelas no se apreciaban a primera vista de suelo. Pero lo que si es seguro es la barrera que frenaba los polvos de mármol de la trituradora de los cojones y de la tierra en suspensión, que se producen cuando los vientos del levante y el poniente hacen acto de presencia, muy habitual, dicho sea de paso, en estos lares de esta tierra.

Soy un fiel defensor de la naturaleza y de cada árbol que cobija pajaritos que nos libran de moscas, mosquitos, moscones y moscardones. Y estos ejemplares cumplían su papel, sin olvidar, cómo no, el aporte de oxigeno y el freno a la contaminación de vehículos, además del toque verde que alegra la vista ante tanto desierto que nos rodea por todas partes.

Cualquier gobierno democrático que se precie de serlo debe contar con la ciudadanía que ahí lo colocó con sus votos ilusionantes. Y a ellos y a los anteriores les recuerdo que están de prestado en los cargos que ocupan; como que nuestros votos no son un cheque en blanco para rellenar cuándo y cómo se quiera y, menos aún, para darnos por culo cuando se les antoje.

Si quitamos a unos para poner a los mismos, flaco favor nos hacemos los que creemos en una comunidad en la que la arrogancia y la venganza no tienen cabida en la democracia que anhelamos para los que estamos y están por venir. Si siembras, recoges, así que mejor sembrar esperanzas, de la que tan faltos estamos en políticas personalistas que no conducen a ninguna parte.

Cantoria quiere progresar, ahora solo falta que le dejen los unos y los otros. De los unos aprendimos lo malo; de los otros, esperamos aprender cosas buenas que nos hagan pensar que existe un mundo mejor para todos, sin excepción alguna, aunque él y él y sus cachorros y demás familiares y allegados no lo merezcan.