Simón
Ruiz
Periodista
A
Juan Antonio Tapia, del sindicato UGT, le tocó ayer turno de mañana como
interventor en el Talgo de Almería a Madrid. El empleado de Renfe fue el mejor
guía que pudo ‘fichar’ la Mesa en Defensa del Ferrocarril para explicar con
todo tipo de detalles técnicos cómo es posible que ese viaje en tren sea menos
incómodo y, sobre todo, se llegue antes a la capital de España. Nadie como Juan
Antonio Tapia para darle la razón a uno de los aproximadamente 120 viajeros que
ayer madrugaron para desplazarse a la capital de España.
Fernando Novo, de 28
años, de León, no se anduvo por las ramas. “Lo que se tiene que hacer es traer el
AVE a Almería”, dijo a la Cadena SER nada más surcar el Talgo esas vías del
siglo XIX. Novo y el resto del pasaje fueron sufridores en
primera persona de un modelo de Talgo que, por poner un ejemplo, ni siquiera
dispone de enchufes en los asientos para poder cargar durante el camino el
teléfono móvil, la tablet o el ordenador.
Expedicionarios a Madrid |
“Este Talgo es de primeros de los 80.
Lo que pedimos es un Talgo 6” ,
reivindicaba sin cesar el ugetista, más que acostumbrado a que no haya apenas
cobertura para los teléfonos móviles. Fue tal la desesperación que los
parlamentarios apenas pudieron leer sus correos electrónicos. Algunos se
llevaron tarea de casa, como el socialista José Luis Sánchez Teruel con un buen
montón de folios sobre la Ley de Memoria Democrática.
¿Y cómo tuiteamos? Con la
memoria fresca del anterior viaje a Sevilla donde se pudieron despachar bien
agusto con el hastag #PorUnTrenDigno, la expedición almeriense encontró muchos
problemas para poder hacer cómplice a la sociedad almeriense en redes sociales
como Twitter. Hubo que ingeniárselas para enchufar un ladrón en un WC y así
poder recargar tres móviles a la vez.
Fernando Novo compartió ese sistema con
políticos a los que veía por primera vez en el Talgo. Y entre medias, el tren
reducía la velocidad de manera escandalosa. “Podíamos ir a más de 30 kilómetros por
hora pero ...” Los lamentos de Juan Antonio Tapia fueron continuos. Se llegó a
tener la sospecha, dicen que bastante certera, que se ‘retuvo’ a un Cercanías
para que el Talgo de ayer mañana llegara a las dos menos diez de la tarde a
la estación de Atocha.
“Que sepáis que hemos ganado media hora. Han funcionado
los avisos a Renfe de que en este tren viajaban los políticos y la Mesa en
Defensa del Ferrocarril de la provincia de Almería. Casi al llegar a Atocha,
los viajeros empezaron a recoger los libros de bolsillo, a guardar los
auriculares que regala Renfe, a repasar los tickets de los cafés a dos euros
que se cobran en la cafetería... “Les recordamos que disponemos de cafetería”.
La expedición llegó con puntualidad a la cita en el Congreso de los
Diputados, pero antes hubo que escuchar a un taxista preguntar a los
representantes de la Cámara de Comercio y Asempal en qué AVE habían llegado a
Atocha. La respuesta es de imaginar. Y hubo otra pregunta. ¿Y cuál es el AVE
más cercano que tienen? El de Málaga, a dos horas de Almería.
Pasadas las dos
y media de la tarde, tocó comer en la Cámara Baja -llovía en Madrid pero en
los menús del Congreso con la imagen del Quijote no se incluyeron las migas- y
empezar el rosario de reuniones en las distintas salas que hay en el Congreso.
Vaya viajecito el de ayer.